SALUDO DEL PRESIDENTE
AL CUERPO DIPLOMÁTICO ACREDITADO EN COLOMBIA
Bogotá, 25 ene. (SNE).- El
siguiente es el saludo del presidente de la República, Álvaro Uribe Vélez,
al honorable Cuerpo Diplomático acreditado en Colombia:
“Quiero saludarlos con inmenso respeto, agradecer las
palabras llenas de generosidad, de solidaridad por Colombia,
que en nombre de todos ustedes ha pronunciado el excelentísimo
Nuncio de su Santidad.
Quiero agradecer a los países que ustedes representan,
la solidaridad, la comprensión, la amistad, que en todos
los momentos han mostrado frente a esta Patria colombiana.
Esta democracia nuestra, es una democracia
de corazón
integrada a la comunidad internacional. Muchos países
que vivieron problemas semejantes a los nuestros, se encerraron
para que la comunidad internacional no conociera los orígenes
de sus problemas ni las soluciones que se aplicaban a esos problemas.
Colombia, en medio del desafío de enfrentar una problemática
tan grave, ha estado abierta de par en par, para la observancia
de la comunidad internacional. Esa apertura, donde no ha habido
cálculo, donde no ha habido ocultamiento, donde no ha
habido intención de distorsionar la realidad, amerita
la confianza que ustedes han tenido en Colombia, es la causa
de su solidaridad y la de los pueblos que ustedes representan
con nuestro país.
Vamos a seguir esta tarea que ustedes
han conocido. Esta tarea por una Nación que haga de la Seguridad Democrática
un homenaje a la eficacia del pluralismo, un puente hacia la
paz. Por una Nación que le cumpla a su comunidad y a la
comunidad internacional con el logro de las Metas Sociales del
Milenio. Una Nación que afiance la confianza en la democracia,
a través de un propósito de transparencia total,
primero en la acción pública para dar ejemplo y
por supuesto, de ahí nace la exigencia para que esa transparencia
se de en la acción de los particulares.
Nuestra Seguridad Democrática
es un camino para el pluralismo y es un camino para la paz.
En el año 2000, los candidatos a asambleas, a consejos,
a alcaldías y a gobernaciones fueron 36 mil. En el año
2003, fueron casi 80 mil.
Las elecciones de regiones, que se llevaron
a cabo en 2003, las primeras bajo el concepto de Seguridad
Democrática,
mostraron un gran crecimiento en participación de candidatos,
mostraron mayor confianza de todos los candidatos en las garantías
colombianas y mostraron resultados que no necesitan que el Gobierno
teorice mucho sobre la defensa de la democracia a cargo de la
Seguridad Democrática.
Alcaldes, gobernadores, que en otras
condiciones –por
origen político- no habrían podido ser elegidos,
fueron elegidos. Se les protegió eficazmente como candidatos
y se les ha respetado y protegido todos sus fueros para que desempeñen,
de acuerdo con la Constitución, todas sus competencias.
Cuando este Gobierno llegó, cerca de 400 de los 1.096
alcaldes de Colombia, no podían ejercer tranquilamente
las funciones de su cargo, a pesar del origen popular, por las
presiones de los grupos terroristas. Hoy todos ellos están
ejerciendo. Más de de 300 no podían residir en
sus municipios por presiones de los grupos terroristas, hoy están
todos en sus municipios.
Colombia asistió a años en los cuales fueron asesinados
160 líderes sindicales, todavía los asesinan, el
año pasado asesinaron 12 integrantes de organizaciones
sindicales. Estamos trabajando para decirle al mundo que no asesinan
un solo dirigente sindical en Colombia.
Hemos progresado mucho pero no estamos
contentos. No lo estaremos hasta que esos atentados contra
la democracia se superen totalmente
en nuestro país.
Colombia ha sido una defensora histórica de la libertad
de medios de comunicación, pero la batalla de la política,
de los gobiernos, del Estado por la garantía efectiva
de la libertad de prensa, se vio oscurecida por las arremetidas
del terrorismo. Eso llevó a que algunas personas, como
yo, dijéramos que estábamos en frente de garantías
retóricas pero no en medio de garantías eficaces.
Diría yo, que la disminución de asesinatos contra
periodistas, la disminución de la intimidación
frente a los periodistas, la manera como los colombianos han
ganado confianza para denunciar, indica que vamos por buen camino.
Hoy escuchamos más denuncias que hace cuatro años,
cuando hay menos hechos de violencia. ¡Miren qué paradoja!
Uno se pregunta: ¿por qué si hoy hay menos hechos
de violencia, hay más denuncias? Porque hace cuatro años,
amplios sectores del periodismo y de la política estaban
amordazados.
En unas regiones tenían que convivir con la guerrilla
y en otras con los paramilitares y en muchas, con unos y otros.
Y buscaban hacer la política acomodándose a sus
exigencias, sin denunciarlos, hoy los denuncian. O buscaban ejercer
el periodismo acomodándose a sus exigencias, sin denunciarlos,
hoy los denuncian.
La mayor confianza de periodismo, de
la dirigencia política
para denunciar, demuestra que nuestra Seguridad Democrática,
ha sido eficaz para proteger las libertades, entre ellas, la
libertad de los medios de comunicación.
¡Qué importante que le podamos decir al mundo que
nos aproximamos a un debate electoral con la vocación
de que sea totalmente transparente!
Es mejor hacer denuncias preventivas que garanticen la pureza
de la democracia, que tenerse que quejar a posteriori, por las
afrentas que se vivieron en contra de la democracia.
Por eso, el Gobierno no ha dudado para
estar en coordinación
con la Fiscalía, con los órganos de control y no
ha dudado en asumir la responsabilidad política de la
denuncia necesaria, a tiempo, para garantizar la pureza del debate
electoral que se avecina.
Qué importante que el mundo sepa que Colombia enfrenta
un desafío terrorista, que no enfrenta otra Nación
del mundo y que lo enfrenta con una política abierta a
los ojos de la inspección del mundo, comprometida con
los derechos humanos. Con una política que en lugar de
recortar las libertades, so pretexto de enfrentar el terrorismo,
ha aumentado el ejercicio práctico de las libertades.
Con una política que en lugar de afectar los derechos
humanos con la pretendida justificación de superar la
inseguridad, todos los días está más comprometida
con el respeto de los derechos humanos como condición
de legitimidad de esa política de seguridad.
Esa política de seguridad, ha sido –reverendísimo
Nuncio y muy distinguidos integrantes del Cuerpo Diplomático-
un instrumento de defensa de la democracia.
Diría que a la disposición colombiana de respetar
la democracia, a los textos constitucionales y legales de respetar
la democracia, a la tradición colombiana de respetar la
democracia, algo le faltaba y ese algo es la política
de Seguridad Democrática, llamada a impedir que las garantías
democráticas se queden solamente en el escenario declarativo,
retórico, llamada a garantizar que las garantías
democráticas sean eficaces.
Pero esa Seguridad Democrática también tiene una
profunda relación con la erradicación de la pobreza
y con la construcción definitiva de la paz. La Seguridad
Democrática, es un camino para la seguridad y para la
reconciliación total.
Quien este hoy en un grupo paramilitar
o guerrillero, debe saber que la Seguridad Democrática le envía dos mensajes:
un mensaje de amenaza legítima del Estado, si persiste
en la violencia, pero también un mensaje de reconciliación.
Quien esté en un grupo paramilitar o guerrillero debe
saber que la Seguridad democrática es la misma, para enfrentarlo
mientras persiste en la violencia o para protegerlo, una vez
haga la paz.
Esto es bien importante para ir entendiendo
cómo, la
Seguridad Democrática, es un principio de reconstrucción
de seguridad y es un camino para la reconciliación.
Hace pocos días me visitó un distinguido periodista
colombiano, que en privado está de acuerdo con muchos
de los aciertos de este Gobierno, pero en público siempre
se pronuncia como vocero de la oposición. Y era una difícil
entrevista, le dije al final: vamos a cambiar el papel, ahora
voy a ser yo periodista, publique esta pregunta mía, no
me la conteste: ‘¿usted como se siente frente a
los paramilitares?, ¿más vulnerable ahora o hace
cuatro años?’
Esa pregunta es válida para formularla
en unos casos frente a los paramilitares y en otros casos frente
a la guerrilla.
Creo, no por el discurso que escucho
todos los días,
sino por mi diálogo directo con los colombianos, que hay
un país hoy, con más confianza en las instituciones,
con menos terror al terrorismo. Un país menos amordazado,
un país más libre. Un país que en la medida
que ha sentido que el Estado ha acudido a protegerlo, se siente
menos amenazado por los terroristas.
Hoy hay más libertad para criticar porque los críticos
ya le tienen menos temor a los paramilitares y menos temor a
las guerrillas.
Hace pocos días me encontré con una ilustre ex
Senadora de la República, muy dura en la oposición,
pero frente a quien jamás he renunciado a depararle, a
ofrecerle, un trato personal fraterno. Y le decía: ¿y
cuál es tu razón de oposición? Me decía:
la Seguridad Democrática. Le decía: pero en el
pasado, antes de la Seguridad Democrática a toda hora
te veía comprando tiquetes para el Canadá, pasabas
tres cuartas partes del tiempo en Canadá exiliada o en
Estados Unidos, regresabas aquí y apenas hacías
15 días de bulla, te volvían a amenazar y te tenías
que regresar al extranjero. Por cada dos semanas de estadía
en Colombia, pasabas meses en el extranjero. Ahora te veo que
me criticas y me criticas todos los días, pero permaneces
en Colombia y ya no te veo mortificada ni escondida, sino alegre
y feliz, en la oposición. Me tenía que reconocer
que efectivamente en su vida a ocurrido eso.
La verdad, es que –más en esta época- el
Gobierno tiene que estar preparado para que le digan de todo.
Yo acepto que una de las limitaciones de la condición
humana es no estar preparado para que le digan de todo y acepto
esa limitación, esa flaqueza, no obstante que Lina por
la mañana, al mediodía y por la noche me dice: ‘Uribe
a aguantar, Uribe a aguantar, Uribe a resistir con prudencia’.
Vamos a hacer el gran esfuerzo, pero
también hay que
mirar esto desde el otro ángulo. Creo que la oposición
hoy está más feliz porque tiene más garantías
eficaces. Creo que la oposición, en el fondo, tiene que
reconocer que hoy pueden decir de todo y que ahí está el
Estado al servicio de protegerlos, incluso aparecería
un desbalance: el Estado está dispuesto, con el Gobierno
y el Presidente a la cabeza, a preferir la protección
del ciudadano, aun al riesgo de tener que sufrir la afrenta de
la calumnia. Creo que esa es una garantía fundamental
para el buen suceso de esta democracia.
Pienso que una oposición que sienta en la práctica
todos los derechos –como los está sintiendo, yo
veo todo lo que dicen y todos los días, dónde se
desplazan y cómo siempre acude el Estado a protegerlos-
es una oposición que cuando termine el debate electoral
tendrá que reconocer que la Patria ha cambiado y para
bien y que eso tiene que ayudar a reconciliar a los colombianos.
Por estas dos razones: por lo que implica
la Seguridad Democrática
frente a la percepción íntima de la oposición
a través de la garantía eficaz de sus derechos,
por lo que implica la Seguridad Democrática frente a la
percepción íntima del terrorismo –que recibe
dos mensajes: el mensaje de que la Seguridad Democrática
es la misma para perseguirlos mientras persistan en la violencia
o para protegerlos cuando hagan la paz-, por esas dos razones
me permito reafirmara ante ustedes que la Seguridad Democrática
es un camino hacia la reconciliación total de los colombianos.
La reconciliación no es el unanimismo, la reconciliación
en una democracia pluralista se refleja en la fraternidad del
debate, fraternidad que en cada momento se pierde, pero lo importante
es que cuando toque, el Gobierno tenga que dar los pasos al costo
de ponerse colorado de enfrentar las cámaras, al costo
de mirar una cámara con sonrojo, el Gobierno tiene que
dar los pasos para acudir a recuperar la fraternidad del debate.
Confío que si esto sale bien para la democracia, los
colombianos estaremos recibiendo una inmejorable pedagogía
de que hay todas las condiciones para que el debate sea fraterno,
lo que no implica anular la diversidad.
La diversidad es absolutamente compatible
con la fraternidad, pero más que compatibles, necesarios complementos, porque
el pluralismo tiene como razón de ser, resolver a partir
de la diversidad, los problemas que afectan al todo colectivo.
Entonces, en el pluralismo, una opinión debe sintetizarse
con la contraria a través del ejercicio democrático,
para desembocar en un buen resultado. Y de allí emprender
otra divergencia para resolver una nueva contradicción.
Cuando hay fraternidad, los contrarios
van buscando soluciones, sin que necesariamente tengan que
entrar en claudicaciones de
sus puntos de vista. Cuando no hay fraternidad, las soluciones
se niegan, porque las polarizaciones bloquean la imaginación.
De ahí la importancia de garantizar pluralismo sí,
pero con debate fraterno.
Y esta Seguridad Democrática es un camino para la erradicación
de la pobreza. Este país estaba recibiendo hace 4 años,
500 millones de dólares de inversión extranjera
directa, sabemos que el año pasado superó los 4
mil (millones de dólares) confiamos que cuando el Banco
Central nos de las cifras, esté alrededor de 5 mil (millones
de dólares).
Se ha recuperado mucho la confianza en
Colombia. La inversión
como porcentaje del PIB (Producto Interno Bruto) estaba en un
13 por ciento, hoy está en un 21 (por ciento). La inversión
privada, como porcentaje del PIB estaba en el 7 (por ciento),
confiamos que ahora esté alrededor del 15 (por ciento).
Aquí hay unas instituciones independientes que honran
a la democracia colombiana. Todas las instituciones de estadística
son independientes, intelectuales que manejan las cifras de pobreza,
intelectuales e independientes –muchos de ellos de oposición
y críticos al Gobierno-, han reconocido que en este Gobierno
se ha logrado sustraer de la pobreza a 2.5 millones de ciudadanos.
Estamos en la tarea para que rápidamente salgan de la
pobreza otros 4 millones de ciudadanos a través de nuestras
políticas sociales.
La SeguridadDemocráticaposibilita la inversión,
pero la función social que tiene que cumplir la inversión,
legitima la seguridad en el corazón del pueblo y la hace
sostenible, prolongable en el tiempo.
Para nosotros no existe exclusión entre seguridad y política
social, van de la mano, son dos polos necesarios de una acción,
donde el uno tiene que apoyar al otro y el otro apoyar al uno.
La Seguridad Democráticaposibilita la inversión
social y la inversión social legitima y hace sostenible
la Seguridad Democrática.
Tengan ustedes la certeza que tenemos
tres convicciones: la Seguridad Democrática como camino de reconciliación,
la erradicación de la pobreza como camino de consolidación
de la unidad nacional y la transparencia como camino de construcción
de confianza.
Yo miro este país como padre de familia, porque me pongo
en la posición de los papás que han tenido que
desplazarse o desplazar a sus hijos y desde muchos años
hace, que me he hecho esta reflexión: ¿qué gana
un padre de familia en Colombia con dejar educación y
/ o un pequeño principio patrimonial a los hijos, si el
país no ha recuperado su confianza, si el país
no ha recuperado su unidad nacional? Para recuperar esa confianza
es absolutamente necesaria la transparencia.
Empezamos a tener cifras importantes
que reconocen nuestros avances en transparencia, como aquellas
publicadas recientemente
por el Banco Mundial, pero no estamos conformes, queremos trabajar
para que a Colombia se le reconozca como un país absolutamente
transparente. Esa es mi invitación diaria a todos mis
compatriotas.
Estamos en acciones puntuales, donde es fundamental el esfuerzo
de la comunidad internacional.
Hagan estas cuentas: cuando empezó este Gobierno, teníamos
17 mil integrantes de la Farc, más 12 mil milicianos urbanos,
más 4.500 integrantes del ELN y una cifra superior a 20
mil paramilitares.
Estamos llegando a 25 mil desmovilizados.
En diciembre terminamos con alrededor de 13 mil paramilitares,
alrededor de 7 mil guerrilleros
y hace pocos días en Tarazá, Antioquia –donde
confluyen Antioquia y Córdoba- se desmovilizaron otros
2.750 paramilitares.
Y el Gobierno está en la tarea
de apurar esas desmovilizaciones y cuanto antes, para que no
haya dudas sobre la pureza electoral
de Colombia.
La reinserción es muy difícil. Habló con
un Gobierno, me dice: ‘yo fui el campeón de la reinserción,
reinserté 5 mil’. Cuando en Colombia se reinsertó el
M – 19, entre combatientes y no combatientes eran 900.
Cuando se reinsertó el EPL, entre combatientes y no combatientes
eran 2.100. Súmenle a eso 280 de la Corriente de Renovación
Socialista y unas pocas docenas de los otros grupos y comparen
eso con esta cifra cercana a 25 mil y los que habrán de
venir. La reinserción es un tema muy difícil y
muy costoso.
Agradezco la buena voluntad de los países que ustedes
representan, para ayudarnos en la reinserción. La estamos
reestructurando, el doctor Sabas (Pretelt) ministro del Interior
(y de Justicia) ha traído al doctor Antonio Picón
Amaya del sector privado para ayudarnos. Y le hemos asignado
a la doctora Julia Gutiérrez de Piñeres, subdirectora
del Sena, la responsabilidad de dirigir la búsqueda de
empleo y de emprendimiento para nuestros reinsertados.
Me he propuesto reunirme con ella una
vez a la semana, para revisar cómo avanza esa tarea tan difícil, tan
apremiante, tan necesaria, de la búsqueda de empleo y
de posibilidades de emprendimiento para nuestros reinsertados.
La ayuda de ustedes es magnífica y se que en sus países
encontrarán mejor respaldo a medida que el mundo tenga
más confianza en este proceso.
Colombia tiene un camino para acabar
el terrorismo, que es acabar la droga. Esta mañana, por una emisora de Pasto, me decía
el padre Gustavo Jiménez: ‘Presidente, queda droga
en tal parte de Nariño y en tal otra, acábenla
y verá que se acaban los grupos terroristas’.
Anteayer llegué al Parque Nacional de La Macarena, aproximadamente
4.300 hectáreas a la vista, vamos a ver cuántas
aparecen y una nueva modalidad, que es sembrar la droga solamente
socolando el bosque sin destruirlo, lo que evita que se le pueda
visualizar desde el avión. Y en los alrededores de La
Macarena, 12 mil hectáreas. Llegué a presenciar
un programa de heroísmo de nuestra Policía, de
gerencia social del doctor Luis Alfonso Hoyos (Alto Consejero
para la Acción Social), el propósito de erradicación
manual de esa droga.
Cuando llegué allí me recibieron los policías,
los compatriotas erradicadores, casi todos del pueblo de Luis
Alfonso (no vaya a dar tiro usted de que le digan que está violando
la Ley de Garantías porque casi todos son del oriente
del departamento de Caldas), en un patriotismo extraordinario,
erradicando droga.
Y dije: ¿y a dónde están los que han vivido
aquí? Allá hay un contraste –ojalá ustedes
visitaran eso, Embajadores-. Donde han sembrado en droga está como
un patio y donde no han sembrado en droga, un bellísimo
bosque, con unas especies naturales bellísimas.
En Colombia, quienes hemos vivido en
el campo siempre nos referíamos
a las heliconias como una maleza, en una parte las llaman platanillo,
en otra parte bijao, en otra parte bocachico. Encontré unas
heliconias allí que yo no conocía, de semejante
altura y grosor, en la selva. Unas heliconias de mejor grosor
que las matas mejor fertilizadas de plátano. ¡Qué hermosura
de bosque!
Con una suerte: en La Macarena, como
en casi toda Colombia, el bosque que se ha destruido se puede
recuperar y se recupera
espontáneamente. Ahí donde estamos arrancando coca,
si eso lo cuidamos, en dos años tenemos un rastrojo de
seis metros. En pocos años, volvemos a tener rastrojo
de media hacha y volvemos a tener bosque. En Colombia hay una
gran posibilidad de recuperación espontánea del
bosque.
Entonces yo quería hablar con los nativos, para que los
nativos me contaran sobre esas especies y para comprometerlos
a que sean guardianes del parque. Y no podíamos, estaban
huyendo. Logré hablar con algunos de ellos y les dije:
no, el Gobierno no los va a perseguir a ustedes. A ustedes los
vamos a vincular como guardianes del parque, aquí lo que
no puede haber es coca. Y les vamos a pagar una platica para
que sean guardianes del parque. Ustedes no son enemigos del Gobierno,
los enemigos de nuestras instituciones son los terroristas.
Cuando ya entraron en confianza, me dijeron: ‘Presidente,
es que el terrorismo aquí nos ha puesto a vivir de la
droga, prácticamente nos obligan a sembrar coca para entregársela
a la Farc y ya estaban entrando –también- unos a
nombre de paramilitares a recoger coca.
Miren qué tarea tan importante, donde nos puede ayudar
muchísimo la comunidad internacional, en ese propósito
de que este año erradiquemos manualmente 40 mil hectáreas.
Yo no he visto a los campesinos colombianos
entusiasmados con la fumigación. En partes, indiferentes y en partes protestan.
Pero sí los veo muy entusiasmados con la erradicación
manual, enormemente. ¡Qué bueno que ustedes nos
puedan ayudar, desde todos sus países, para avanzar en
esto de erradicación manual!
El año pasado erradicamos 31.200 hectáreas, la
meta este año es erradicar 40 mil hectáreas y erradicar
toda la coca de los parques nacionales, que es aproximadamente
de 10 mil hectáreas y otras 30 mil por fuera de los parques
nacionales.
Si a eso se le suma la vinculación de 33 mil familias,
que serán 50 mil, como Guardabosques, el avance del programa
Familias en Acción –gran acción de derrota
de la pobreza, que ya está completando, terminó el
año con 510 mil familias, ahora están vinculando
otras 100 mil, vamos a terminar el año con 650 mil, pero
hay que llegar a un millón rápidamente-, si a eso
se le suma el experimento que vamos a hacer en La Macarena para
que las familias, que agrupan esos 11 mil nativos de La Macarena
sean guardianes del parque, creo que vamos encontrando un camino
muy eficaz para derrotar la droga y para derrotar el terrorismo.
La ayuda de ustedes en estos programas
es fundamental, en la reinserción, en la erradicación manual de drogas,
en el tema Familias Guardabosques, familias guardianas del parque. ¡Qué bueno
que un país de ustedes dijera: ‘yo quiero ser el
tutor de La Macarena’, y otro dijera: ‘yo quiero
ser el tutor del parque Paramillo’, y el otro dijera: ‘yo
quiero ser el tutor de tal parque o de tal otro’!
Luis Alfonso, estos embajadores que tanto
le han ayudado, le dan esa ayudita adicional, que rápidamente podamos decir:
tal país o tales países, van a ser los tutores
del parque nacional de La Macarena.
Conocí el Caño Cristales. Lleve un grupo de embajadores
allá, Luis Alfonso. Esa es una belleza de la naturaleza.
Yo no he sido turista y la verdad, Lina dice que yo no tengo
emociones de turista, pero yo me emocioné con el Caño
Cristales en el parque La Macarena. Y me dio mucha tristeza de
saber que la comunidad nacional e internacional no lo ha podido
visitar porque estaba controlado por el terrorismo.
Hoy empezamos a recuperar allí la paz. Ahí hay
una belleza, ahí hay un espectáculo de la naturaleza.
Confío que en la medida que vayamos avanzando con la erradicación
de la coca, la superación del terrorismo, la legitimación
de estas políticas en nuestro campesinado, se va a abrir
paso el turismo ecológico, que ya le hemos abierto paso.
Se había cerrado el turismo ecológico en el Tayrona,
estuvo inundado de turistas en diciembre. Se había cerrado
en el Amazonas, han regresado muchísimos y tenemos todos
estos destinos para abrir.
Para legitimar estas políticas en el campesinado, reconocemos
una realidad que hay que corregir. Colombia venía en un
proceso –dría yo- muy positivo de mejora en la distribución
de la tierra por acciones de reforma agraria y por división
natural de fundos. Eso se truncó y revirtió por
acción del narcotráfico, el paramilitarismo y la
guerrilla. Los unos tienen miles de hectáreas en unas
regiones, los otros miles de hectáreas en otras.
Creo que los pasos que estamos dando
van en la dirección
correcta.
Primero, la manera como modificamos la
ley de extinción
de dominio. El año pasado, eso permitió intervenir
5 mil predios.
Segundo, los correctivos que estamos introduciendo en el Consejo
Nacional de Estupefacientes: predio agropecuario intervenido,
es predio agropecuario que pasa a los campesinos y de inmediato.
Tercero, hemos podido ya, volver a incorporar unos recursos
en el presupuesto para adquirir tierra para los campesinos.
Cuarto, estamos resolviendo problemas
que aún quedan
de compromisos antiguos con comunidades indígenas, y ya
hay recursos presupuestales.
Quinto, si ustedes van a Barrancabermeja,
a muchas áreas
del país, encontrarán un gran florecimiento de
los cultivos de palma africana, pero financiados en muy buena
parte para el Gobierno –a través de crédito
e incentivos- con la exigencia de que estén vinculados
como empresarios los campesinos. Creo que eso nos va ayudar a
ir quitando esa justificación de violencia que es, campesinado
sin tierra. El Gobierno tiene toda la voluntad.
Los gobiernos y los gobernantes no aprendemos
fácilmente,
yo me demoré para corregir errores en el Consejo Nacional
de Estupefacientes, pero los estamos corrigiendo y uno de los
correctivos fundamentales es: nada de poner la tierra intervenida
en manos de intermediarios, la tierra intervenida va directamente
a las comunidades campesinas.
Deseo a cada uno de ustedes, a sus familias,
a los gobiernos de sus países, a los hermanos pueblos que representan,
que este año 2006 sea próspero y traiga bienestar.
Pido la cooperación generosa de ustedes –como la
han venido dando- para con Colombia.
Excelentísimo Nuncio: regáleme una copia de la
encíclica de su Santidad sobre el amor para que el amor
nos ayude a ser más fraternos en el debate, para que el
amor nos traiga frenos cuando la intemperancia se salga de los
carriles de la fraternidad, para que el amor por el prójimo
y por la Patria nos ayude a ser más tolerantes, para que
con amor superemos las dificultades, para que con el amor garanticemos
que no hay corrupción, para que con el amor garanticemos
que no haya violencia.
A todos ustedes, muchas gracias de un
país abierto al
mundo, que quiere mucho a los pueblos que ustedes representan”. |