PALABRAS
DEL PRESIDENTE URIBE EN CONGRESO INTERNACIONAL DE MINERÍA, PETRÓLEO
Y GAS
Cartagena, 5 jul. (SNE). Las siguientes son las palabras del presidente Álvaro
Uribe Vélez, al intervenir en el III Congreso Internacional
de Minería, Petróleo y Gas.
“Quiero saludarlos muy respetuosamente y felicitarlos por esta
nueva versión del Congreso Internacional de Minería,
Petróleo y Gas, que se reúne en Cartagena. Agradecer
las generosas palabras que nos llenan de optimismo del doctor Aurelio
Martínez, su presidente, y darles a ustedes la buena noticia
que hace poco nos dio el señor Ministro de Minas. El Ministerio
de Minas es el primero en nuestro país, cuyos procesos han sido
reconocidos por la certificación ISO 9001. Muchas gracias, señor
Ministro, y muchas gracias a todos quienes a usted lo han acompañado
en esa brillante tarea. Ese reconocimiento lo ponemos de ejemplo para
todas las carteras ministeriales de Colombia, y lo resaltamos como
un punto muy alto, guía de lo que se puede y se debe hacer en
las instituciones oficiales de la Patria.
Muchas felicitaciones por ese gran reconocimiento y por la medalla
que, con toda justicia y con la generosidad que lo caracteriza, acaba
de entregarle el señor alcalde de Cartagena, el doctor Nicolás
Curi.
Hemos trabajado bajo la conducción del Ministro y de su equipo
en estos años con muchos desafíos. El país con
un gran temor de perder su autosuficiencia petrolera. Primero de perder
las posibilidades de exportarlo. Unos precios que estuvieron muy deprimidos
durante años, y se han elevado a puntos que eran muy difíciles
de anticipar, hace apenas pocos años. Bueno y malo, que nos
ha creado muchísimas dificultades, por ejemplo para trasladarles
esos precios a los consumidores colombianos. Parecería ser la época
de mayor estabilidad en los precios altos, parecería que no
tuviera pico.
La semana pasada me sentía yo en el dilema entre la responsabilidad
y el dolor: la responsabilidad para aceptar la sugerencia del señor
Ministro de una elevación muy intensa en el precio de los combustibles
al público, y el dolor por esa nueva alza.
Y todavía no hemos superado estos acontecimientos, no hemos
asimilado estas decisiones, y ya circunstancias internacionales, por
todos conocidas, han producido hoy una elevación del petróleo,
a niveles de 75 dólares el barril. Una situación bien,
bien difícil.
Nuestro país en los últimos años ha venido trabajando
para estimular la inversión, la búsqueda y el hallazgo
de hidrocarburos, para poder mantener y acrecentar un volumen de exportaciones,
para poder frenar la declinación de la producción, para
despejar en el largo plazo la incógnita sobre una posible pérdida
de autosuficiencia.
Varias decisiones se han tomado. Hace cuatro años, entre la
elección presidencial y el 7 de agosto, trabajamos con el Congreso
y el Gobierno del presidente Pastrana para que se aprobara la modificación
a la ley de regalías, modificación que introdujo flexibilidad
y que ha ayudado a que haya mayor interés inversionista en Colombia.
Se tomaron otras decisiones por parte del Ministerio. Una de ellas,
que considero muy importante, liberar a las compañías
inversionistas en Colombia de la obligación de tener que asociarse
con Ecopetrol. Mantener la obligación de la asociación
era en alguna forma desacelerar el proceso de inversión y aumentar
los riesgos de que el país perdiera las posibilidades de exportar
y las posibilidades de autosuficiencia. Se discutió mucho por
sectores críticos la medida, pero yo creo que la Nación
entera ha venido asimilándola positivamente.
No nos podemos olvidar que a pesar de los alivios tributarios, esas
inversiones tienen que pagar en Colombia impuesto local, impuesto de
renta, también han debido pagar impuesto del patrimonio, y tienen
que pagar un impuesto de remesas, de giros al extranjero. Entonces
la porción estatal en nuestro país es una porción,
a pesar de los alivios, bastante equitativa, defensable ante cualquier
problema.
Otra decisión importante fue la creación de la Agencia
Nacional de Hidrocarburos. Siempre pensé que la manera como
Ecopetrol combinaba su doble función, hasta entonces, de entidad
operadora del Estado y al mismo tiempo de entidad que asignaba los
contratos, transcurría bien, que no había problemas.
¿Qué nos convenció de la necesidad de crear la
Agencia Nacional de Hidrocarburos y de despojar a Ecopetrol de la facultad
de asignar contratos y de radicar esa competencia en la nueva Agencia?
La percepción internacional, una regla común en el mundo
de que aquellos Estados que preservan entidades públicas como
operadoras, deben tener separada de ellas la competencia para la asignación
de los contratos.
Nos pusimos a tono en esta materia con las exigencias mundiales, creamos
la Agencia Nacional de Hidrocarburos, cuyos resultados han sido bastantes
satisfactorios. Hemos tenido la fortuna de contar con un magnífico
equipo en el Ministerio, encabezado por el ministro Mejía Castro,
en Ecopetrol encabezado por el doctor Isaac Yanovich, en la Agencia
Nacional de Hidrocarburos con el doctor Armando Zamora.
A esto hay que sumarle los esfuerzos que el país ha venido
haciendo en materia de seguridad. Diría yo que los tres primeros
sectores que sienten positivamente los esfuerzos en seguridad, son
el sector de minería y petróleos, el sector agropecuario
y el sector turístico.
Esta ciudad de Cartagena yo creo que ha sido un escenario muy importante
para percibir el incremento de ánimo de inversión en
Colombia en estos sectores, gracias al avance de la Seguridad Democrática,
que todavía falta mucho, pero que es un camino, que democrática
y firmemente conducido, debe llevarnos a la consolidación de
la paz total.
Hemos tomado una serie de decisiones en la administración pública.
En el Gobierno que termina hemos reformado 280 entidades del Estado.
No fue en vano la reforma de Ecopetrol. Por primera vez un Gobierno
denunció la convención, sostuvo hasta el final el conflicto
laboral, y logró reformar la normatividad laboral y pensional
de la empresa.
Dijo que no fue en vano porque fueron tres años muy difíciles,
pero miren, los resultados positivos se van cosechando. La empresa
hoy es mirada con mucho optimismo en lo nacional y en lo internacional.
Y algo bueno está sucediendo: la última conciliación
en materia laboral se llevó a efecto la semana anterior, y en
lugar de haber tenido que resistir un conflicto de meses, el acuerdo
se logró con la entidad sindical en 14 días. Y un acuerdo,
en condiciones muy, muy razonables.
Las reformas que hemos introducido han buscado generar confianza inversionista
en Colombia. El Gobierno prepara una agenda legislativa para presentar
el 20 de julio al honorable Congreso. Esa agenda legislativa incluirá el
tema tributario, el tema financiero, el tema de transferencias a las
regiones, el tema de regalías. Y entre las muchas características
de esa agenda legislativa, buscamos dos: transparencia y generación
de confianza.
El Gobierno está empezando la consulta de estos proyectos con
las diferentes bancadas parlamentarias, con los sectores gremiales
y sociales. Vamos a radicar la mayoría de los proyectos el mismo
20 de julio, y confiamos que esos proyectos nos ayuden a que se tenga
más confianza en Colombia, en la transparencia, en la solidez
institucional de nuestra Patria y en las posibilidades para invertir
en Colombia.
La búsqueda de confianza ha sido el común denominador
de los cuatro años que estamos concluyendo, y con la ayuda de
Dios será el común denominador de los cuatro años
próximos a empezarse y de la nueva agenda legislativa, que buscaremos
que el Honorable Congreso de la República apruebe.
Hemos avanzado en la parte de petróleo y de gas. Todavía
no podemos decirle al país que el futuro está despejado.
No hay hallazgos grandes, pero yo diría que hay resultados un
poco más tranquilizantes.
Cuando empezamos el Gobierno hace cuatro años, esperábamos
una declinación muy profunda de la producción. Paradójicamente,
después de alguna declinación, se ha venido aumentando.
Este año, me corrigen el Ministro y el doctor Isaac, aspirábamos
a producir 514 mil barriles al día, entiendo que mayo produjo
538 mil en promedio. Yo creo que ha habido una buena acción,
y todas las condiciones que se han venido creando están produciendo
mejores resultados.
El país, en el año anterior a la iniciación de
este Gobierno, tuvo 10 pozos exploratorios, el año pasado 37.
Y este año yo creo que vamos a estar cerca de los 50.
El Ministro tiene unas cifras sobre lo que fue el promedio de sísmica
en los diez años anteriores a este Gobierno, y la sísmica
que llevamos en este Gobierno y que queremos proyectar con mayor vigor
hacia adelante. ¿Quiere repetir Ministro esas cifras?
Ministro de Minas, Luis Ernesto Mejía: En promedio teníamos
anualmente 1.400 kilómetros de sísmica, el año
anterior disparamos 12 mil, este año ya cumplimos la meta de
8 mil que nos habíamos fijado, pero tenemos un programa de 18
mil kilómetros de sísmica. En total teníamos una
meta al comenzar el Gobierno de 10 mil kilómetros, y a la fecha
llevamos concluidos 30 mil. Vamos acercándonos a los 40 mil
kilómetros en el cuatrienio, que es 400 por ciento de la meta
que nos habíamos previsto.
Presidente Uribe: Pero necesitamos mucho más para aumentar
las probabilidades de los grandes hallazgos que el país espera.
Algo que me parece importante para resaltar de la política del
ministro Mejía Castro, es que ha estado inclinada a buscar el
gran hallazgo y el pequeño hallazgo.
Cuando uno observaba la política de petróleos en Colombia,
desde afuera veía que el interés era el gran hallazgo,
cuyas probabilidades son menores. Creo que esta operación avispa,
dirigida por el ministro Mejía Castro, para encontrar pozos
de cualquier tamaño, ha dado buenos resultados.
En una reunión anterior, por ejemplo, un pequeño fondo
de capital de riesgo, estaba el doctor Aurelio el día cuando
en un congreso de estos se definió formarlo con un aporte de
Ecopetrol, nos daban el informe ahora de cómo ese pequeño
fondo ha venido ya perforando pozos y está empezando a producir
en cantidades pequeñas, pero sumadas todas son muy, muy importantes.
Yo confío que en la medida que esta política se pueda
continuar con vocación de crecimiento, el país tiene
que despejar totalmente las incógnitas en materia de petróleo
y gas.
Y a eso hay que sumarle los procesos de integración. El sábado,
en Maracaibo, el presidente Torrijos y yo nos reuniremos con el señor
presidente Chávez, para ser testigo de la iniciación
de obra para construir el gasoducto de 300 kilómetros entre
nuestra Guajira y la ciudad de Maracaibo.
Conocemos todos bien que Venezuela tiene infinitas reservas de gas,
muy, muy superiores a las pocas probadas que tiene Colombia, pero que
Venezuela tiene dificultades en su occidente. E inicialmente Colombia,
desde los pozos de La Guajira, va a satisfacer esa necesidad de Venezuela,
con el compromiso de retribuirnos en el futuro, cuando necesitemos
esa fuente de gas de la hermana República Bolivariana de Venezuela.
Y a raíz del ingreso de Colombia al Plan Panamá–Puebla,
se ha venido estudiando el envío de gas a Panamá–Centroamérica.
Algunos lo están estudiando en barcazas, y sigue el estudio
de construir el gasoducto.
La conversación que tendrá lugar con el señor
presidente Chávez, el próximo sábado en Maracaibo,
es para tomar la decisión de que Venezuela participe en la construcción
de este gasoducto. Ya iniciada la construcción del gasoducto
de La Guajira a Maracaibo, debemos buscar hacer la conexión
entre los terminales de Colombia y la ciudad de Panamá, para
conectarnos con el Plan Panamá–Puebla. Confiamos que eso
se pueda llevar a cabo.
En esa reunión con el presidente Torrijos, en la víspera
de la reunión con el presidente Chávez, esperamos también
que se llegue a otra decisión muy importante: que Panamá dé el
visto bueno, final, definitivo, para la construcción de la línea
de transmisión de energía.
El ministro Mejía Castro ha propuesto que el trayecto panameño
se construya con cargo a los recursos del BID para el Plan Panamá– Puebla,
y el trayecto colombiano lo construiríamos nosotros, con nuestras
empresas, con nuestros empresarios. Aspiramos obtener el visto bueno,
definitivo, del presidente Torrijos, en la reunión del próximo
viernes.
Y todas las dificultades que existían por el trazado por el
Darién, por las comunidades indígenas del lado panameño,
están bastante superadas, en la medida que se ha definido un
trayecto aéreo, y otro trayecto sumergido en el mar.
Yo creo que esta decisión en materia de la línea de
transmisión de energía es muy importante, como anticipo
a la tubería del gas, y a otra finalidad que se busca en esa
integración con el Plan Panamá– Puebla, que es
poder vencer todas las dificultades que han impedido la construcción
de la carretera del Darién.
Tengo, pues, mucha confianza en que esos procesos de integración
sean para bien de la inversión en nuestra Patria, y en las patrias
hermanas.
Miramos con mucho optimismo el tema del carbón, el aumento
de la producción, las nuevas inversiones son indicadores muy
positivos para Colombia.
Recientemente el Gobierno Nacional logró resolver el problema
del Ferrocarril del Magdalena. Fue una de las concesiones que encontramos
en litigio hace cuatro años y se superó totalmente. Salieron
los socios de la concesión, entraron como socios todos los productores
de carbón del Cesar, se aumentó la tarifa que le pagan
al Estado por cada tonelada transportada, con ese recurso el Estado
se propone recuperar el ferrocarril hacia el sur, de Chiriguaná buscando
la Dorada, yo creo que queda el camino despejado para que en el futuro
se pueda pensar en llevarlo nuevamente a los Llanos del Tolima y al
departamento del Huila.
Los dos concesionarios se han comprometido a hacer unas obras de intercambio
de vagones en las estaciones en la primera etapa, y en una segunda
etapa construir la segunda línea.
Con las primeras obras podríamos pasar de una capacidad de
transporte de 22 - 25 millones de toneladas año, a una capacidad
de transporte de 40 millones. Y con la segunda línea a una capacidad
de transporte de más o menos 66 millones de toneladas.
Hablando solamente del carbón del Cesar que sale por el ferrocarril
a los puertos de Santa Marta.
Y estamos en el proceso de resolver el problema portuario de Santa
Marta, para evitar el impacto negativo del carbón en las playas
turísticas. Ya allí hay varios diseños, hay unas
concepciones muy bien logradas por parte del Ministerio de Transporte,
con la supervisón del Ministerio de Minas, y hay unas conversaciones
iniciadas con los usuarios de esos puertos.
Y vemos con mucho entusiasmo el futuro de los combustibles biológicos
en nuestro país. Aquí está el señor ex
senador Amílcar Acosta, uno de los pioneros del tema. Fue el
motor de la ley que creó la obligación de mezclar alcohol
carburante a los combustibles fósiles en nuestra Patria.
Y hace cuatro años, el ministro Luis Ernesto Mejía emprendió el
camino que faltaba, el camino de los estímulos tributarios,
hoy vigente, el camino de las normas técnicas, debidamente aprobadas,
y el camino de las fórmulas de precio. Y hoy el país
está produciendo alrededor de millón 50 mil litros de
alcohol carburante al día. Y hay muchos proyectos.
Si ustedes me preguntaran: ¿productos para el futuro inmediato
de Colombia?, yo diría: combustibles biológicos. El país
tiene todas las posibilidades. Para satisfacer el mercado interno hay
que producir muchísimo más, y hay muchísimas oportunidades
en el mercado externo. El TLC nos permite, desde la hora cero, enviar
todos los combustibles biológicos que pudiéramos enviar
a los Estados Unidos con cero arancel.
Hay muchos proyectos. En Diciembre, hace una hora escuchamos la confirmación,
debe empezar a funcionar la primera planta de alcohol carburante a
partir de yuca en Puerto Gaitán, con una producción inicial
de 20 mil litros al día.
En el Cesar, donde había una producción de alcohol a
partir de caña, ya se está produciendo alcohol de yuca,
y aspiramos que eso crezca. Tendrá el Cesar otra planta, la
primera planta de biodiesel a partir de aceite de palma africana, en
los próximos meses.
Y confiamos que el sector privado, con los estímulos tributarios
vigentes en Colombia, con los apoyos del Gobierno Nacional y de los
gobiernos departamentales y locales, nos ayude a instalar muchísimas
plantas en el cuatrienio que viene.
Particularmente tenemos la firma voluntad política de sacar
adelante cuatro plantas en el Caribe colombiano. Una en el Atlántico,
otra en Bolívar, otra en Sucre y otra en Córdoba.
Están dadas todas las condiciones de estímulos al sector
privado, y en nombre del Estado promotor, que debe intervenir allí donde
no hay suficiente empresarismo, estamos fortaleciendo un fondo de capital
de riesgo, de Finagro, a fin de que en el momento que sea necesario
el Estado haga unos aportes de capital de riesgo, con vocación
transitoria, para sacar adelante una de estas plantas.
He pensado que deberíamos invertir esos recursos de capital
de riesgo inicialmente en Sucre, la tierra del ex Ministro Carlos Martínez
Simahan, que aquí nos acompaña. Y hacerlo a base de yuca.
Y el Estado, con incentivos como el ICR, el Incentivo de Capitalización
Empresarial, y los créditos del Banco Agrario y de Finagro,
estimula las siembras de lo que son las materias primas, los insumos
para estas plantas de combustibles biológicos. Allí vemos,
pues, una gran posibilidad.
Yo le preguntaba al ministro Luis Ernesto: Ministro, cuando a mí me
preguntan los periodistas: dígame lo malo de su Gobierno. Pues,
hombre, a uno le queda muy difícil porque uno siempre es vanidoso.
Y uno vive de combatiente, entonces el combatiente no ve seguramente
tanta cosa mala. Pero el Ministro es más gordito que yo y menos
vanidoso. Y me dijo que estaba preocupado porque teníamos atrasos
en la parte minera, que es un componente bien importante de este Congreso.
Entonces mi pedido a ustedes es que nos ayuden con las conclusiones
de este Congreso, para el programa minero que debemos sacar adelante
en el cuatrienio que empieza el 7 de agosto. El Gobierno estará muy
atento a recoger esas inquietudes, a ver cómo las incorporamos
en ese programa.
Sé que el doctor Aurelio no las hará llegar, y queremos
en un proceso dinámico, creativo, de concertación con
ustedes, buscar implementarlas.
Quiero desearles muchos éxitos en las deliberaciones que empiezan.
Estaremos atentos a sus conclusiones, y muchas gracias por realizar
de nuevo este Congreso, aquí en nuestra querida Cartagena. Muy
amables”.