PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE AL INAUGURAR
HOME CENTER EN MEDELLÍN
Medellín, 6 jul. (SNE). Las siguientes son las
palabras del presidente Álvaro Uribe Vélez,
la inaugurar un nuevo almacén Home Center en la
capital antioqueña.
“Quiero felicitarlos a todos. Qué bueno
para Medellín, Alcalde, ciudad a la que usted
le ha puesto tanto cariño, tanto talento, tanta
esperanza, poder entregar estas inversiones, que le ayudan
mucho al empleo, al tejido social, a la dinamización
de la economía.
Felicito a todos mis paisanos, en cabeza del Alcalde,
por contar con esta nueva y gran inversión.
Quiero felicitar a Home Center, a sus accionistas nacionales
e internacionales, agradecerles su confianza en Colombia.
Hemos venido siguiendo año tras año las
inversiones en los últimos cuatro años
y son un ejemplo. Es muy importante para el país.
Nos habíamos reunido con Don Juan, y otro grupo
de sus compañeros en la Presidencia de la República
hace dos años, nos prometió estas inversiones,
y las está cumpliendo. Y trajo la tarjeta de crédito,
que necesitábamos ese otro canal para facilitarles
crédito popular a nuestros compatriotas. Muchas
gracias.
Quiero felicitar a todos los que intervinieron en la
construcción, en la dotación de este gran
Home Center, y me dio muchísima alegría
haber prolongado los minutos, antes de llegar acá a
esta reunión, para saludar a buena parte de las
500 personas que están empezando a trabajar acá.
Me dio mucha alegría saludar paisanos y paisanas,
en su inmensa mayoría muy jóvenes, que
están empezando su vida laboral, y la empiezan
con esta gran oportunidad de Home Center, un empleo digno,
un empleo de muy buena calidad, un empleo de afiliación
a la seguridad social. Qué bueno, cuánto
nos gusta.
Tenemos que poner la economía colombiana a crecer
al seis. Hace algunos años dijimos que invitábamos
al país a hacer el esfuerzo de crecer al cinco,
no lo habíamos previsto, no lo habíamos
propuesto en el Plan de Desarrollo, pero lo propusimos,
en el ánimo político de los colombianos,
se logró.
Ahora seguramente en el Plan de Desarrollo tenemos que
ser modestos en las metas macroeconómicas, pero,
en el diálogo y en las ejecutorias diarias con
los colombianos, tenemos que ser muy ambiciosos.
Hay que procurar sostener este crecimiento, que no se
nos caiga por debajo del cinco por ciento, y buscar cómo
crece al seis por ciento.
Que no es fácil, porque como lo habrán
apreciado los distinguidos inversionistas chilenos, es
una economía muy diversificada, con un gran componente
de mediana o pequeña empresa.
Ayer hablaba con el presidente Alan García del
Perú. Por ejemplo, la producción de gran
minería en el Perú, los precios de los últimos
años, y algo semejante ocurre en Chile, permite
mostrar unos crecimientos asombrosos de la economía.
Aquí, donde todo tiene que darse con la agricultura,
todo tiene que darse con la industria, con el sector
servicios, y que, salvo lo que está ocurriendo
con el carbón, no hay esos grandes complejos mineros,
es mucho más difícil lograr esas tasas
de crecimiento.
Pero cuando se logran son más dinámicas
en la generación de empleo, distribuyen mejor
el ingreso y producen un resultado de equidad más
rápido.
Por eso ese camino difícil de llegar a un crecimiento,
sostenido, no inferior al seis por ciento, necesitamos
emprenderlo en Colombia, necesitamos continuar en él.
Sé que han contribuido a estas inversiones muchos
factores: la calidad gerencial de los colombianos. En
todas partes del mundo hay admiración por la calidad
gerencial de nuestros compatriotas. La calidad de nuestros
funcionarios y de nuestros trabajadores. Lo aprecia la
comunidad internacional.
Sé que han contribuido a estas inversiones la
pujanza antioqueña, el dinamismo de la ciudad,
las condiciones que la ciudad ofrece, que nos acaba de
mostrar el video del señor Alcalde y que acaba
de reiterar en sus palabras.
Sé que hay muchos factores que han influido en
estas inversiones, y hay dos importantes: la tendencia
del país de recuperar la seguridad y los incentivos
tributarios.
En la reforma tributaria de 2003, el Honorable Congreso
nos aprobó la deducción del 30 por ciento
a las inversiones generadoras de renta.
Todas estas inversiones han tenido esa deducción.
Es el aporte de la Nación a estas inversiones.
Y por supuesto la seguridad. Creo que se ha aclimatado
bastante en el país el concepto de que aquí no
estábamos proponiendo una seguridad dictatorial,
sino una Seguridad Democrática. Cuatro años
de práctica, a pesar de todo lo que falta, yo
creo que son pruebas suficientes de ese contenido profundamente
democrático de nuestra propuesta de seguridad.
Por eso hay que insistir en ella, con toda la decisión.
Si tuviera ribetes no democráticos, si tuviera
factores cuestionables, no habría razón
para llamar con entusiasmo a los colombianos a que persistamos
en eso.
Pero un contenido profundamente democrático de
la seguridad nos obliga a persistir en eso, y realizaciones
como éstas muestran la relación entre la
seguridad, la inversión, el empleo y el acceso
a los colombianos a la seguridad social.
En la parte tributaria: el Gobierno está preparando
una agenda legislativa. La mayor parte aspiramos ponerla
a consideración del Congreso el 20 de julio.
En la parte económica de la agenda legislativa
está la normatividad tributaria, está la
normatividad financiera y está el tema de las
transferencias a las regiones.
Hoy dimos un paso importante en la parte financiera,
después de un proceso muy largo de discusión
en la Presidencia de la República. Aquí está Mateo
Restrepo Villegas, quien trabaja en la Alta Consejería
Presidencial, en el cual participaron Fenalco, la Asociación
Bancaria, el Ministerio de Hacienda.
Hemos logrado producir un decreto, que da transparencia
en costos financieros. Ese decreto se refiere a los emisores
de tarjetas de crédito, a los bancos que las utilizan,
al comercio que vende a través de esas tarjetas,
y a los particulares que son los tarjeta-habientes.
Entonces el decreto obliga que se publique las comisiones
que cobran los emisores, en este caso, por ejemplo, yo
debo tener una tarjeta de Credibanco, ese es el emisor.
La comisión que ese emisor le cobra al banco que
la utilice, asumamos que es el Banco de Colombia, eso
se debe publicar.
Se debe publicar también la comisión que
el Banco de Colombia le cobre al tarjeta-habiente, a Álvaro
Uribe, que es el tarjeta-habiente.
Se debe publicar también la comisión que
el Banco de Colombia le cobre al establecimiento de comercio,
que hizo la venta a través de esa tarjeta de crédito.
Le pedí a Mateo que trajera copia de ese decreto
al doctor Guillermo Botero Nieto y al doctor Carlos Enrique
Moreno, porque ellos han estado muy pendientes en estos
dos años de ese proceso de concertación.
Está expedido, numerado, dije: para que no vayan
a pensar que ese decreto todavía está en
proceso de construcción, llévelo numerado.
Quedó con numeración de hoy.
Y confiamos que al publicarse esos costos en toda la
cadena, eso ayude a la transparencia y ayude a mejorar
la competencia.
Pero necesitamos atraer al país más instrumentos
de financiación. Por eso celebramos la tarjeta
de Falabella. Aspiramos que crezca muchísimo en
Colombia y que lleguen otras.
La Reforma Financiera va ayudar a eso. Uno de los puntos
de la Reforma Financiera es facilitarles a los colombianos
los objetos para entregar en prenda al sector financiero.
Y la Reforma Tributaria va a ayudar a la bancarización.
Confiamos que la una de la mano de la otra nos ayuden
a que los colombianos todos los días tengan mejores
y más canales de financiación, que estimulen
el esfuerzo que ustedes vienen haciendo al traer al país
esa tarjeta Falabella.
Yo no quiero entrar en detalles sobre la Reforma Tributaria.
permítanme porque en este momento está en
una etapa de discusión, por parte del señor
Ministro de Hacienda con los gremios y con las bancadas
en el Congreso.
Me voy a referir solamente y de manera prudente a dos
aspectos: a un aspecto puntual, de estímulos,
y a las características generales que hemos buscado
tenga la reforma tributaria.
El aspecto puntual de estímulos. Como la adopción
del 30 por ciento vence el año entrante, entonces
el estímulo permanente sería: que las inversiones
que haga el sector privado en Colombia son un gasto,
que se puede deducir en su totalidad el primer año.
Creemos que eso es revolucionario y que eso va ayudar
muchísimo a fomentar el crecimiento de las inversiones
en Colombia.
Veíamos hoy tres o cuatro ejemplos: pongamos
un almacén que cuesta instalarlo 100 pesos. La
filosofía de la reforma es que en el primer año
pueda deducir esos 100 pesos. Si llegó a producir
120 pesos de utilidad, la renta gravable apenas será de
20, porque puede deducir como gasto en el primer año
la totalidad de los 100 que invirtió.
Supongamos que produjo 20 pesos de utilidad. Entonces
le puede deducir los 100, pero como no produjo sino una
utilidad de 20, entonces dice: bueno, yo podía
haber deducido 100, pero no tengo para deducir sino 20.
En ese momento, el contribuyente adquiere un crédito
fiscal del Estado por los 80 restantes. Y los puede deducir
en los siguientes años, todos los que se demore.
Incluso mucho mejor que la que la depreciación. ¿Por
qué? Por dos razones: porque si puede lo deduce
todo el primer año. Y si necesita utiliza todos
los años que quiera ad infinitum, hasta que deduzca
el ciento por ciento. Yo creo que ese va a ser un factor
de estímulo a la inversión bien importante
en el país. Esa la parte puntual de ese estímulo.
Y aquí los principios de la reforma. Queremos
que la reforma tributaria sea una reforma que estimule
el crecimiento, el empleo con afiliación a la
Seguridad Social. Y puntos como el que les acabo de decir
están orientados hacia allá.
Segundo: que la reforma tributaria tenga aspectos sociales
importantes en el origen de los tributos, y nos ayude
a resolver la financiación de los puntos sociales
que requiere Colombia.
Esto es social por dos razones: por una razón
de equidad en el origen de los tributos, y por una razón
de proveer recursos para poder hacer financiación
de todas las metas sociales que va requiriendo el país.
Tercero: aspiramos que la reforma tributaria pueda ser
calificada como reforma estructural, aunque es bien difícil.
El pasado 4 de julio celebrábamos los 15 años
de la Constitución colombiana, y yo he hecho una
similitud entre lo que los colombianos querían
por Constitución y lo que los colombianos quieren
por reforma estructural.
Cuando las guerras civiles en Colombia se desataban
en parte porque todo el mundo tenía una noción
diferente de la Constitución que requería
el país, y cuando terminaban las guerras civiles
todos los que habían intervenido en ellas se llevaban
en el morral una Constitución y cada uno tenía
una Constitución diferente.
Yo le pregunto a mis compatriotas: ¿usted qué reforma
estructural quiere? Y me dan muchas definiciones diferentes.
Pero vamos a procurar ir creando un consenso para que
la reforma que hagamos sea una reforma estructural, y
que, al calificarla los analistas respetables en esta
ciencia, como estructural, se convierta en una reforma
estable, que les dé a los colombianos garantía
de que no se va a seguir tocando la tributación
periódicamente.
Ayer me decía el presidente Alan García
del Perú que él no va a tocar la tributación
peruana, que encuentra que la tributación peruana
es suficiente, es buena, y que él quiere dar una
señal de compromiso con la estabilidad para fomentar
la inversión, asumiendo la obligación de
no tocar la tributación.
Nosotros quisiéramos que las decisiones que tomemos
ahora en materia de tributación, tengan ese elemento
estructural, que evite que Colombia tenga que estar tocando
la tributación periódicamente.
El otro tema, entonces llevamos tres: que estimule el
crecimiento, el tema social, el tema de que se le califique
como una reforma estructural. El otro tema: que nos devuelva
el grado de inversión.
El país perdió hace varios años
el grado de inversión, todavía no lo hemos
podido recuperar.
En los últimos años no hemos sentido perjuicios
derivados de la falta de grado de inversión. ¿Por
qué? Porque el buen comportamiento de la economía
colombiana, las reformas, especialmente la reforma administrativa,
ese proceso de saneamiento fiscal en que estamos empeñados,
la oferta mundial de recursos de crédito, le ha
permitido al país obtener créditos en muy
buenas condiciones de plazo y tasa de interés.
Pero ante una destorcida internacional, a los países
que van a premiar, y les van a evitar las consecuencias
negativas de esa destorcida, es a los países que
tengan grado de inversión. Y los que tendrán
que pagar las consecuencias negativas de esa destorcida,
serán los países que no tengan grado de
inversión.
Por eso el Gobierno quiere hacer el esfuerzo de que
esa reforma nos ayude a recuperar el grado de inversión.
Ese sería el cuarto elemento.
El quinto, que simplifique. Hoy el estatuto tributario
tiene alrededor de 1.200 normas. La que estamos preparando
tendría alrededor de 220, o sea que habría
una gran simplificación normativa. Toda esa jungla
normativa se reduciría bastante: pasar de alrededor
de 1.200 artículos, a menos de 250.
Estas son, grosso modo, las características que
quiere tener esa reforma tributaria, en la cual estamos
trabajando.
Todas estas reformas deben tener un objetivo: cimentar
la confianza en Colombia. La búsqueda de confianza
sigue siendo el factor jalonador de toda nuestra política,
de nuestra política de orden público, de
nuestra política de inversión, de nuestras
políticas fiscales, de nuestras políticas
tributarias.
Confianza en Colombia, porque es el único camino
para llegar a una sociedad solidaria, a una sociedad
equitativa, a una sociedad de buen nivel de empleo.
Bueno, a todos muchas felicitaciones”.