PALABRAS DEL PRESIDENTE URIBE EN
LANZAMIENTO DEL LIBRO DE CLAUDIA BLUM
Bogotá, 18 jul. (SNE).- Las siguientes son las palabras
del presidente Álvaro Uribe Vélez, al intervenir
en el lanzamiento del libro “El Congreso de las reformas”,
de la senadora Claudia Blum de Barberi.
“Veníamos todos con el exclusivo propósito
de acompañar a una compatriota excepcional en el lanzamiento
de su quinto, juiciosísimo libro, a la senadora, presidente
del Congreso, doctora Claudia Blum de Barberi.
Ella resolvió introducirle a este acto, donde se protocoliza
su retiro del Congreso de la República, que muchos colombianos
deploramos, la decisión generosa de imponerle al Presidente
de la República la Orden del Congreso.
Quiero agradecerle inmensamente, señora Presidente, a
usted, a sus compañeros de la Mesa, y la única
manera que tengo de reciprocarlos es trabajando permanentemente
con amor a Colombia y con el más profundo espíritu
democrático.
He tenido el privilegio de conocer a la senadora Claudia Blum
desde cuando era una niña, de conocerla en su batalla
periodística en sus años de adolescente, de conocerla
en cada uno de los pasos de su carrera pública.
He tenido el privilegio de su compañía en las
dos campañas a la Presidencia de la República,
que la democracia me ha permitido adelantar.
He tenido el privilegio de que ella haya asumido la responsabilidad
de proyectos de ley y de reforma constitucional, trascendentales
para el país.
A la luz de las modernas concepciones del liderazgo, la senadora
Claudia Blum de Barberi, más que una figura exitosa de
un período de la política colombiana, ha ejercido
un liderazgo muy importante en estos 15 años de su permanencia
en el Congreso. Muy importante en los años que habrán
de venir y que marca precedentes para las nuevas generaciones
en el quehacer político.
La senadora Claudia Blum de Barberi ha sido consistente, característica
fundamental del liderazgo. Ella no analiza los auditorios para
saber cuál es el discurso que recibe bien un auditorio
y cómo lo cambia para garantizar que el auditorio contrario
también reciba bien su discurso.
Su discurso es el discurso de sus convicciones, es el discurso
de su interpretación de los anhelos y necesidades del
país. Su discurso es la expresión de sus valores,
sin cálculos.
Pero su consistencia ha estado acompañada por su congruencia.
Quienes hemos seguido de cerca su carrera pública y acompañado
muchos de los tramos de esa carrera, hemos visto cómo
hay esa gran congruencia entre lo que expresa y practica.
Qué difícil en la Colombia tan convulsionada de
las últimas décadas y lustros, encontrar ese nivel
de congruencia que hemos encontrado en la senadora Claudia Blum
de Barberi.
Esta noche, al escuchar sus palabras, hemos verificado de nuevo
una de las características de su sobresaliente liderazgo:
su permanente preparación, su afán de actualización,
de conocer más, de estudiar más profundamente.
Cada proyecto de ley, cada proyecto de reforma constitucional,
cada debate, ha sido una exigencia que ella ha tomado para profundizar
sus conocimientos.
La competencia, entendida como esa energía para actualizarse
permanentemente y poder adecuar el servicio público a
las aspiraciones de los ciudadanos, ha tenido en la senadora
Claudia Blum de Barberi una expresión incomparable. Y
su liderazgo encuentra manifestaciones superiores en su transparencia,
en su valor civil y en sus relaciones humanas.
La dimensión de los proyectos que ha defendido, los valores
políticos que ha predicado y practicado, han tenido un
hilo conductor: su transparencia y su valor civil.
Esta noche el senador Germán Vargas Lleras ha hecho parte
del recuento del trabajo parlamentario de la senadora Claudia
Blum de Barberi. Todos esos proyectos hay que ubicarlos en la
circunstancias de lugar y tiempo. Y cuando se cotejan los contenidos
de esos proyectos con las dificultades del momento, con los riesgos,
amenazas y desafíos, encontramos en la senadora Claudia
Blum de Barberi una expresión superior de valor civil.
Enfrentar la recuperación de la extradición, en
un país que había derramado tanta sangre, justamente
por intentar incorporarla, sangre que llevó a erradicarla
por un tiempo del ordenamiento jurídico, intentar reinstalarla
en el ordenamiento jurídico y lograrlo, exige mucho valor
civil.
En un momento en que parecían intocables los bienes de
la riqueza mal habida, comprometerse, como se comprometió ella
con la extinción de dominio, exige una dosis superior
de valor civil. Hablar hoy de extradición, hablar hoy
de extinción de dominio, es hablar sobre instituciones
jurídicas que ya han encontrado general aceptación
en nuestro medio.
Un país que ha ingresado a la Corte Penal Internacional,
no podría poner en duda la extradición, un país
que sabe, que está convencido que tiene que superar el
terrorismo, no podría poner en duda la extinción
de dominio, para devolver a la sociedad la riqueza mal habida
que ha alimentado el terrorismo.
Pero cómo eran de diferentes las circunstancias hace
15 años. Lo que hoy es el cumplimiento del deber cotidiano
frente a la extradición y la extradición de dominio,
hace 15 años era un riesgo mayor. Y ella lo enfrentó,
corrió todos los riesgos, enfrentó todos los desafíos,
prefirió los intereses superiores de la Patria, que su
tranquilidad y reposo personal.
No ha calculado falsas nociones de popularidad. En los últimos
años la vimos en la Plenaria del Senado, en su Comisión,
defender con ahínco la reforma constitucional de pensiones,
como un paso necesario del país para su desarrollo fiscal,
y para garantizarle a las actuales y venideras generaciones de
pensionados las posibilidades fiscales de atender sus derechos.
Para ella lo importante no ha sido el cálculo de la próxima
elección sino el bienestar de los colombianos.
A ese valor civil, a esa honradez, a esa consecuencia, a esa
congruencia, a ese elemento común, que ha sido la transparencia,
le ha sumado la senadora Claudia Blum de Barberi, su mesura,
su tono, su dulzura, su sentido de las relaciones humanas.
Hace poco conversaba con casuales interlocutores acerca de una
indagación: ¿por qué una mujer de férreas
convicciones, por qué una mujer que no transige su manera
de ver la vida pública, por qué una mujer que en
concepto de muchos es una radical en sus ideas, en los cambios
de Colombia, en la noción de decoro de la vida pública,
en los valores morales para transitar en la vida pública,
ha tenido tanto éxito?
¿Por qué, a diferencia de otras posturas igualmente
radicales en la defensa de los valores superiores, en el caso
de la senadora Claudia Blum no ha sido reducida a las minorías,
no ha sido excluida? ¿Por qué su voz no solamente
se ha escuchado sino que ha triunfado?
Porque ha tenido esa extraña mezcla entre las convicciones
inclaudicables y la delicadeza en las relaciones humanas.
Ha convencido con sus relaciones humanas, para sacar adelante
el contenido profundo de sus convicciones políticas.
Por eso deploramos su partida del Congreso de Colombia, pero
recibimos con mucho entusiasmo lo que habrá de ser el
futuro de su carrera de servicio a la Patria.
Señora Presidente del Congreso, permítame expresar
la gratitud y poner como ejemplo relevante la manera como usted
ha conducido la Presidencia del Congreso.
Usted le ha exigido al Gobierno lo que tiene que exigirle. La
relación con usted, como congresista, como integrante
o Presidente de la Comisión Primera, como Presidente del
Senado, no ha sido una relación de presiones y de respuestas
clientelistas. Ha sido una relación de examen juicioso
de los textos legales y constitucionales sometidos a consideración
del Congreso.
Usted no le ha exigido al Gobierno nada distinto que una responsable
respuesta al país y a su tierra vallecaucana.
Algún día habrá que analizar, para los
estudiosos del ajetreo político, cómo reunió usted
a la bancada vallecaucana en su totalidad, cómo puso la
Presidencia del Senado de la República al servicio de
coordinar esa bancada, en la tarea de demandar del Gobierno Nacional
las mejores respuestas a esa querida tierra vallecaucana.
Nos citó a los ministros, a los altos mandos de las diferentes
fuerzas, al Presidente de la República, acompañada
usted por todos sus colegas de la bancada vallecaucana, a presentarnos
una agenda de requerimientos para ese departamento.
La tramitó públicamente. Esa agenda fue objeto
de evaluaciones periódicas y ha producido buenos resultados,
y otros habrán de producirse, porque la semilla ha quedado
bien sembrada.
Es un ejercicio plausible de la curul senatorial y de la Presidencia
del Senado de Colombia.
Muchas felicitaciones por esta tarea, llena de realizaciones.
Cuando uno se desplaza de la Casa de Nariño al Congreso,
lo obligan a dar una vueltica, porque ahí también
está el sello de su capacidad ejecutora: en plena construcción
el túnel de seguridad, para comunicar este Capitolio con
las oficinas del Congreso.
Muchas felicitaciones por su gran tarea pública. Nos
deja muy mal acostumbrados a los colombianos, que necesitamos,
queremos verla triunfar en todo lo que habrá de ser el
futuro de su carrera, que es la carrera de servicio a Colombia,
para el bien de todos nuestros compatriotas, para la tranquilidad
de las presentes generaciones y para la felicidad de aquellos
que habrán de venir.
Muchas gracias, señora Presidente del Senado, por todo
lo que ha hecho y habrá de hacer por nuestra Patria. A
ustedes muchas gracias”.