En el pueblo Chibcha todas sus actividades giraban en torno a la religión y a
sus dioses, el principal era el sol a quien denominaban
Xué. En su honor había un templo en el valle de Iraca,
en donde vivía el sumo sacerdote de Sogamoso. Todos
los súbditos debían concurrir a la confederación de
Sugamuxi, al menos dos veces en su vida y ofrendar
presentes. La luna considerada la esposa de Xué era
otra de las divinidades a quien se le rendía culto
especial.
Chiminigagua, principio
creador
Según la leyenda Chiminigagua
fue el creador del universo y es considerado la divinidad
suprema. El lanza al aire las aves negras origen
de la luz, la cual después se condensó en el sol,
en el reflejo de la luna y en el arco iris, denominado
cuchaviva.
Bachué, progenitora
de la humanidad...
La leyenda cuenta
la historia de una mujer (Bachué) que emergió de
la laguna de Iguaque acompañada de un niño de 3 años.
Con el pasar del tiempo y una vez que el pequeño
había crecido celebraron el matrimonio y poblaron
la tierra.
Cuando el mundo estaba
poblado, y ellos viejos, retornaron a la laguna y
se sumergieron en las aguas dejando muchas enseñanzas
a los nativos. En su lugar salieron dos grandes serpientes.
Bochica, el ser civilizador
Cuando la humanidad
se hallaba sumida en el desorden, hizo su aparición
por el oriente de la Sabana de Bogotá, Páramo de
Chingaza Bochica, un anciano venerable de largas
barbas y pelo blanco, vestido con una túnica y en
su mano una varita de oro.
Bochica predicó y
enseñó las buenas costumbres a los habitantes de
la sabana, les dictó algunos preceptos morales. El
civilizador de los indígenas enseñó a sembrar, a
fabricar casas y a tejer en algodón y el fique, a
cocer el barro y hacer ollas, la manera de calcular
el tiempo y determinar las fechas para la siembra
y la recolección.
En una época cuando
la Sabana de Bogotá estaba inundada por causa de
chibchacún, dios de las aguas, Bochica invitó a los
grandes caciques para que lo acompañaran a la región
del Tequendama. Una vez allí subió sobre el arco
iris y con su vara golpeó las rocas dando salida
a las aguas. Así se formó el Salto de Tequendama.
En castigo, condenó a chibchacún a cargar la tierra
sobre sus hombros. Los indígenas creían que cuando
este se cansaba y cambiaba de hombro la gran piedra
se producían temblores y terremotos.
La leyenda de "El
Dorado"
Muchos de los conquistadores
que pisaron territorio americano lo hacían atraídos
por las enormes riquezas de los nativos. El conocimiento
de las ceremonias y solemnidades religiosas en que
los chibchas arrojaban ofrendas a sus dioses hizo
surgir la leyenda de El Dorado que se halla relacionada
con la adoración del agua.
Las lagunas eran consideradas
lugares sagrados en donde se celebraban ceremonias
de gran esplendor, durante las cuales se arrojaban
al agua tunjos (figuras en oro) para ofrecérselas
a sus dioses.
Entre los principales
lugares sagrados se encuentra la laguna de Guatavita
en donde se llevaba a cabo la elección del cacique
de la localidad, cuando montado en una balsa de oro
llegaba hasta el centro de la laguna y se sumergía
con su cuerpo totalmente cubierto en polvo dorado.
También se cree que
cuando llegaron los españoles los indios, para evitar
que fueran despojados de sus tesoros y sometidos
a una cultura que no era la de sus antepasados, se
tiraban con sus pertenencias de los cerros más altos,
preservando así su identidad. |