En algunos casos envían a los menores a buscar empleo

FAMILIAS COLOMBIANAS DESTINAN MENOS RECURSOS A EDUCACIÓN: ICBF

Bogotá, 9 jul (CNE). Al ver afectados sus ahorros y entradas económicas, las familias colombianas han optado por disminuir los recursos que destinan a educación y en el peor de los casos han tenido que enviar a sus hijos a buscar empleo.

Así lo revela un estudio realizado por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, el Departamento de Planeación Nacional y las Naciones Unidas.

El informe deja ver que entre las labores en las que son ocupados los menores figuran oficios como obreros, trabajadores de familia y otros.

La directora del Bienestar Familiar, Beatriz Londoño Soto, señaló que el problema radica en que las familias, al encontrarse ante la pérdida del empleo y ante menores recursos económicos, la primera medida que adoptan es la de sacar a sus hijos al sector laboral para buscar un ingreso adicional.

Londoño Soto expresó que la decisión de sacar a los menores a buscar trabajo genera consecuencias muy graves para los niños, si se tiene en cuenta que dejan de estudiar de forma permanente, generando una gran pérdida para el capital social del país.

De acuerdo con estadísticas entregadas por el Dane, del total de 11 millones 325 mil niños y jóvenes entre los cinco y 17 años, al 30 de noviembre de 2001, el 14 por ciento estaban trabajando, el 1.7 buscaban trabajo y el 73.7 realizaban oficios del hogar.

“Lo que más preocupa son los resultados de la investigación que demuestran cómo ha disminuido en los estratos bajos y altos el ingreso de las familias colombianas”, aseveró Londoño.

El estudio también señala que los problemas económicos que han afectado al país en los últimos años, han modificado el consumo de los hogares colombianos, ya que ahora los ciudadanos acuden a utilizar las cesantías como un seguro de desempleo.

Dijo que ahora las familias compran bienes menos suntuosos y que, tanto los estratos altos como los bajos han disminuido el presupuesto destinado a la educación de los menores.

El estudio indica también que la distribución del gasto mensual destinado a la adquisición de activos también ha variado, ya que las personas de menores ingresos prefieren comprar bienes durables como muebles de sala, televisores, neveras y licuadoras.

Para los hogares más ricos, la adquisición de automóviles equivale a la cuarta parte del gasto. Le sigue la compra de títulos y acciones