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Minprotección presenta panorama de la situación del hospital

HAY $10 MIL MILLONES PARA FINANCIAR PROCESO DE AJUSTE EN HOSPITAL DE CALDAS

Bogotá, 6 oct (SNE). El Ministerio de la Protección Social informó que hay disponibles 10 mil millones de pesos para financiar un proceso de ajuste en el Hospital del Caldas, hecho que contribuiría a superar la crisis que afronta.

De estos 10 mil millones de pesos, 5 mil millones son aportados por el municipio de Manizales, 3 mil millones por el Ministerio de Hacienda y 2 mil millones por el departamento de Caldas como reconocimiento de servicios prestados a la población pobre no cubierta por el Régimen Subsidiado.

El Ministerio de la Protección Social elaboró un documento que presenta un panorama general de la situación de este centro asistencial.

LA HISTORIA

El Hospital de Caldas nació en 1943 cuando la Asamblea Departamental dispuso su construcción en un terreno cedido por el Municipio de Manizales.

Ante la imposibilidad de terminar las obras, en 1953 fue entregado a la Beneficencia, entidad que lo concluyó en 1960 con recursos de la Lotería de Manizales.

En ese año se constituyó en Hospital Universitario de Caldas y su carácter era departamental. Posteriormente, en cumplimiento de la Ley 10 de 1990 y por un decreto de la Alcaldía de Manizales, se convirtió en “Hospital de Caldas” y dejó de ser departamental para convertirse en municipal.

En 1995 otro decreto de la Alcaldía lo transformó en Empresa Social del Estado (ESE), con lo que adquirió una categoría especial de entidad pública descentralizada con personería jurídica, patrimonio propio y autonomía administrativa.

COMIENZA LA CRISIS

Para los años 1998 y 1999 el hospital comienza a presentar signos de deterioro en su función de garantizar las condiciones adecuadas de funcionamiento y prestación de servicios con calidad y eficiencia.

Por esta razón el entonces Ministerio de Salud y el de Hacienda, los gobiernos Departamental y Municipal y el mismo hospital llevaron a cabo una serie de gestiones para garantizar su sostenibilidad, las cuales concluyeron en los procesos de ajuste, reactivación económica y modernización.

Estas gestiones se llevaron a cabo entre los años 2000 al 2003. El propósito era flexibilizar costos, así como el ajuste institucional y el mejoramiento de la productividad.

Para esto se suscribieron convenios de desempeño en 1999 y en 2002 y un acuerdo de reestructuración de pasivos, en el cual el hospital se acogió a la Ley 550 de 1999, sobre reactivación económica.

En cumplimiento de los convenios de desempeño, el Ministerio de la Protección Social destinó en una primera etapa la suma de 8.716 millones de pesos y posteriormente, en 2002, en desarrollo del programa de mejoramiento, modernización y desarrollo institucional del Hospital de Caldas, asignó otros 7.200 millones de pesos.

Como resultado de este proceso, además de la reducción en la planta de personal hasta llegar a los 450 empleados con que cuenta actualmente la institución, se implementaron acciones que disminuyeron los altos costos de operación, especialmente los laborales, se logró la diversificación de las formas de contratación y el aumento de los niveles de productividad, aunque este último no en los niveles requeridos.

En cuanto a la reestructuración de pasivos, inicialmente el hospital cumplió con el pago de las deudas de acuerdo con lo establecido en el compromiso, pero posteriormente no pudo seguir cumpliendo con lo pactado, debido, entre otras cosas, al alto valor de la cartera por recuperar y al incumplimiento de pago por parte de las EPS, ARS, aseguradoras y entidades del Estado.

De acuerdo con el director territorial de Salud de Caldas, Francisco González, se estima que actualmente las deudas del hospital ascienden a cerca de 12.000 millones de pesos, siendo los mayores acreedores el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria y el Instituto de Fomento Industrial de Manizales (Infimanizales).

NO SIRVIERON LOS REMEDIOS

En consecuencia, a pesar de todas estas acciones, el hospital sigue presentando problemas que no le permiten responder adecuadamente a su objeto social de prestar servicios de tercer nivel de complejidad a la población. Se destacan los siguientes, de acuerdo con un informe de la revisoría fiscal:

  • Inadecuado flujo de caja que no permitía cancelar oportunamente las obligaciones, por lo que los proveedores no realizaban el despacho de los insumos para los procedimientos asistenciales, lo cual ocasionaba el aplazamiento de la prestación del servicio y por tanto baja producción y baja facturación.

  • La ejecución del proyecto de reestructuración y reforzamiento de la planta física generó diversos planes de contingencia en la prestación de servicios de salud, incrementando los gastos de mantenimiento.

  • Clima laboral poco favorable para la adecuada gestión de la entidad, debido al atraso en los pagos laborales y la incertidumbre frente al futuro del hospital.

  • El arrastre de problemáticas anteriores que incluían no solamente el déficit presupuestal (4.606 millones de pesos) y de caja (10.000 millones de pesos), sino el estancamiento de algunos procesos internos necesarios para la adecuada gestión de la entidad en aspectos como cartera y facturación.

  • Grave deterioro en su sistema de información contable y financiero, que le impide conocer su situación real y por ende definir alternativas claras para solucionar la crisis actual.

  • Estado de iliquidez que compromete la capacidad de pago de la institución, con cesación de pagos laborales, acuerdos de pagos e incapacidad de respaldar la deuda corriente con la cartera recuperable.

  • Incumplimiento de pagos del acuerdo de Ley 550.

  • El requerimiento de recursos para culminar la operación del 2004, cumplir con las obligaciones de Ley 550 y sanear la deuda de operación corriente ascienden a 28.556 millones de pesos, pero solamente se contaría con 10.018 millones que se pueden convertir en efectivo a partir de la cartera recuperable, recuperación de excedentes de patronales y otros deudores.

  • Limitación de la capacidad operativa de la institución a consecuencia de su propios pasivos, lo cual a su vez ocasiona una perdida continua y acelerada de capital de trabajo, con el riesgo inminente de comprometer el patrimonio de la institución.

LA SUSPENSIÓN DE SERVICIOS

Por estas circunstancias, desde el 18 de junio, y por decisión de la Junta Directiva que preside al Alcalde de Manizales, el hospital suspendió la prestación de todo tipo de servicios asistenciales. Lo único que funciona parcialmente desde entonces es el área administrativa, por acuerdo con el sindicato del hospital.

Una vez cerrada la institución la Dirección Territorial de Salud adoptó un plan de contingencia, en desarrollo del cual los pacientes que tenía este centro asistencial fueron remitidos a la clínica Villapilar de la ESE Rita Arango del Seguro Social, al hospital departamental Santa Sofía y al hospital Infantil de la Cruz Roja.

De acuerdo con el Director Territorial de Salud, hasta el momento no ha habido problemas graves y se ha garantizado atención oportuna y eficiente a toda la comunidad. El único inconveniente es que no se han podido activar algunas camas de cuidado intensivo.

¿Y LOS TRABAJADORES?

Como legalmente el hospital sigue existiendo, pues no se ha liquidado, los 450 trabajadores con que actualmente cuenta el centro asistencial siguen asistiendo puntualmente, firman una planilla y se concentran en el área de urgencias del hospital. Significa esto que en algún momento tienen que pagarles el sueldo que les adeudan desde junio. El costo de la nómina de la planta de personal asciende a cerca de 625 millones de pesos mensuales.

¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN?

De acuerdo con la Dirección Territorial de Salud, el municipio de Manizales, propietario del hospital, es quien tiene la solución, pues el departamento está dispuesto a recibirlo de nuevo, pero “saneado”, y no con la cantidad de problemas que tiene actualmente.

Adicionalmente la Dirección Territorial tiene que ajustar la red pública de servicios del tercer nivel de complejidad, lo cual exigirá algún tipo de transformación institucional de los prestadores actuales.

Una de las posibilidades que se contempla en este ajuste es que el hospital de Caldas y las clínicas Villapilar y Santa Sofía conformen una sola IPS de tercer nivel con una sola gerencia, pero con portafolios de servicios claramente definidos.

Esto permitirá utilizar racionalmente los limitados recursos para garantizar la atención a toda la comunidad, no sólo de Manizales sino de todo el departamento.

Para facilitar dicha reorganización, el hospital de Caldas ya presentó una propuesta de ajuste orientada a la supresión de cargos asistenciales, teniendo en cuenta que ya no se requieren, debido a la suspensión en la prestación de los servicios médicos.

De acuerdo con esa propuesta la planta actual de 450 empleados se reduciría a 24, es decir, solamente el personal necesario para continuar con los procesos administrativos.

Para este ajuste se cuenta con 10 mil millones de pesos, de los cuales 5 mil millones son aportados por el municipio de Manizales, 3 mil millones por el Ministerio de Hacienda y 2 mil millones por el departamento de Caldas como reconocimiento de servicios prestados a la población pobre no cubierta por el régimen subsidiado.

LOS ÚLTIMOS HECHOS

Recientemente se hizo una Asamblea de Acreedores para tomar una decisión en torno a la liquidación, pero no hubo ningún acuerdo sobre este tema. Por el contrario, se prolongó la decisión hasta la última semana de octubre o primera de noviembre.

¿CUÁL ES LA POSICIÓN DEL MINISTERIO DE LA PROTECCIÓN SOCIAL?

El ministro Diego Palacio lo ha dicho muchas veces: la responsabilidad del Gobierno Nacional es garantizar la prestación de servicios de salud a toda la comunidad en condiciones de oportunidad y calidad por unas instituciones eficientes, modernas y autosostenibles.

Esto implica buena gestión administrativa, racionalización de costos, que donde existan convenciones colectivas los trabajadores cedan en varios de sus puntos, cero burocracia y funcionamiento de los hospitales en forma de red, de tal manera que cada uno atienda lo que le corresponde según su nivel de complejidad, entre otras cosas.

Por lo tanto, el Ministerio de la Protección Social está dispuesto a acompañar a las autoridades seccionales y locales en cualquier decisión que se adopte, siempre y cuando se enmarque dentro de los anteriores puntos.

Lo acaba de decir el Ministro en un debate en el Congreso: “No es prudente que el Gobierno Nacional trate de reemplazar la responsabilidad de las entidades territoriales; lo que debemos es trabajar con ellos para buscarle salida a la situación hospitalaria. Creemos que tenemos responsabilidad en el tema, pero no podemos liberar a las autoridades seccionales de su compromiso”.

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