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TEXTO DE LA RUEDA DE PRENSA DEL ALTO COMISIONADO PARA LA PAZ

Bogotá, 8 oct. (SNE).- El siguiente es el texto de la rueda de prensa ofrecida este viernes por el Alto Comisionado para la Paz, Luis Carlos Restrepo, en la Casa de Nariño.

P.- ¿El presidente Álvaro Uribe analizará el material probatorio que le entregó el ex ministro Carlos Medellín?

R.- Corresponde a la justicia tomar las decisiones pertinentes en ese caso. Sin embargo, quiero aclarar lo siguiente: no existe ningún interés por parte del gobierno en revocar indultos o descoser la importancia del proceso de paz con el M-19. El proceso de paz con el M-19 hace parte del capital político de la democracia y de la nación. En esa medida, desde el gobierno, no se adelantará ninguna acción para revocar esos indultos. Simplemente evaluamos, críticamente, la historia y llegamos a la conclusión de que lo que se podía hacer hace algunos años ya no se puede hacer en la actualidad, y por eso creemos que todos los procesos de paz en adelante deben contar con un marco legal de justicia y reparación; y que los responsables de delitos atroces, sean de las autodefensas o de la guerrilla, deben responder ante los jueces respectivos por sus actos.

P.- El Polo Democrático ha propuesto que se conforme una comisión de la verdad para esclarecer los temas del Palacio de Justicia y también han convocado al presidente Uribe a un debate público sobre ese tema. ¿Esta respuesta es decirle no a eso?

R.- Coloquemos las cosas donde corresponde. Este es un asunto que tiene que ver con la política de paz. Si se necesitan debates, hagamos debates sin apasionamientos. Creo que hay que evaluar críticamente la historia, hay que evaluar críticamente lo que pasó. Si nosotros resaltamos que hace algunos años, y así fue el caso del M-19, se concedían indultos por secuestro, es importante saber que eso hoy no es posible, es importante saber hoy que los delitos atroces deben ser condenados plenamente. Sin embargo, está abierta la discusión de los mecanismos que necesitemos.

Nosotros hemos planteado la necesidad de una ley de justicia y reparación. Dentro de esa ley de justicia y reparación, tendrá que establecerse una verdad jurídica. Si se quiere ir más allá, como ha pasado en otros países, por ejemplo, establecer una verdad histórica, eso lo podemos debatir y lo podemos conversar. Sin embargo, para la opinión debe quedar claro que este es un asunto que tiene que ver con la política de paz y, por supuesto, desde mi oficina yo estoy dispuesto a conversar con el Polo Democrático, con el Partido Liberal, con la misma bancada Uribista en el Congreso para ver cómo podemos avanzar en los que sean mecanismos de reconciliación y pacificación del país.

P.- ¿El comunicado del Gobierno de alguna manera decía: vamos ampliar en cualquier momento la el tema del M-19. Este comunicado suyo pretende cerrar el capítulo?

R.- No, yo no quiero contradecir ninguna afirmación del Presidente. Quiero contextualizar el marco donde se dio el debate. Creo que el señor secretario Jurídico de Presidencia, en respuesta a un derecho de petición ha entregado algunos indicios que conoce la opinión. Ustedes saben que sobre este asunto de las relaciones del narcotráfico y la toma del Palacio de Justicia, todavía se manejan algunos indicios y hay algunos ciudadanos que se han pronunciado al respecto. El interés central del Gobierno es, realmente, adelantar un debate que nos permita formular una adecuada política de paz. Entonces lo que creemos inadecuado es de central el sentido del debate. Es decir, lo que debemos lograr es un consenso frente a qué hacer con las personas que han cometido atroces y participan en procesos de paz.

Ahora, no hay que ser tan hipersensible frente al debate. Miremos lo que pasó en Chile y en Argentina, donde también se cometieron delitos, en este caso, en nombre de a seguridad nacional y en nombre de la defensa del Estado y donde también hubo auto amnistía y leyes de perdón y olvido, se ha abierto un debate que todo el mundo ha reconocido como sano. Hay que entender, y a mi se me hace que es positivo que los antiguos miembros del M-19 así lo entiendan que hay heridas que no han sanado. Hay sectores de opinión que todavía se sienten ofendidos por acciones del M-19. Entonces que bueno que se puedan sanar esas heridas.

Los miembros del Polo Democrático justamente, legalmente, aspiran a tener los más altos cargos de dignidad en la nación, y que bueno que así sea para la democracia. Entonces, yo creo que un debate de estos los enriquece y los fortalece. Y eso nos muestra lo difícil que es avanzar en la reconciliación cuando no se han aplicado adecuadamente los mecanismos de la justicia. Es decir, esto nos muestra que es muy importante que empecemos a hablar de justicia. Este gobierno ha dado un paso que ningún gobierno había dado antes.

Cuando nosotros presentamos la Ley de Alternatividad Penal nos dijeron que había sido una ley apresurada, que habíamos comenzado por el final, como si la justicia fuera el final, y sucede que no. Cogimos el toro por los cuernos.

En el gobierno pasado hubo conversaciones con las Farc y con el ELN y a nadie se le ocurrió hablar de verdad, justicia y reparación. Jamás se tocó el tema de qué iba a pasar con los dirigentes guerrilleros responsables de delitos atroces. Yo me he preguntado mucho ¿por qué ese tema no se trató? Porque todos creían que se las iba a conceder indulto; tal vez porque no maduró el proceso, quizá por las dos cosas a la vez? Nosotros pusimos el tema en debate público, en los meses de discusión de la ley de alternatividad penal aprendimos, escuchamos sectores de opinión. Hoy tenemos claro que para los responsables de delitos atroces que participen en procesos de paz debe haber un juicio, una condena, una pena privativa de la libertad y una reparación a las víctimas antes de acceder a cualquier beneficio, y eso lo consideramos sano.

Ahora, yo quiero recordar que estas afirmaciones del Presidente surgen, precisamente, en este contexto. Esto lo había dicho el Presidente el año pasado, cuando empezó el debate sobre la ley de alternatividad penal, con ánimo de refrescar esa memoria histórica y decir: ya no es posible hacer lo que hacíamos en el pasado. No olviden que el presidente Uribe era senador de la República cuando se expidió la ley de indulto de 1992. A un más, el la impulsó y lo pueden ver en los anales del Congreso. O sea, el Presidente nunca se presentó como enemigo del proceso de paz del M-19, sino que antes apoyó ese proceso y lo seguimos considerando válido. Sin embargo la enseñanza que hay que sacar es cuál? Eso se podía hacer hace algunos años, hoy ya no se puede hacer. Y que bueno que mandemos ese mensaje, que bueno que la opinión nos ayude a llevarle ese mensaje a las autodefensas, al ELN y a las Farc. Que bueno que la sociedad civil comprometida con la paz y la comunidad internacional empiecen a decir todos, al unísono: señores del ELN, de las Farc, ustedes tendrán que pagar un tiempo de cárcel y tendrán que reparar a las víctimas antes de poder acceder a un beneficio judicial.

Señores de las Farc: ustedes no nos pueden presionar para que les liberemos guerrilleros que están en las cárceles por delitos atroces a través de un canje. Eso es imposible. No le pueden exigir al Estado que libere personas que están cumpliendo con la justicia y que de esta manera también están reparando a las víctimas. Creo que haber logrado este consenso es muy importante.

Para mí como Comisionado es clave saber que la sociedad me da unos lineamientos y que yo puedo llegar a una mesa y decir, con toda contundencia: aquí no va haber indulto para delitos atroces. Es en ese marco donde debemos mirar la polémica. Lo tros seguirá su curso pero vuelvo e insisto: por parte del gobierno no existe ningún interés, ni en revocar indultos, ni cosas por el estilo; y menos aún como se ha dado a entender, en propiciar un debate político con ánimo preelectoral o cosas por el estilo.

P.- Usted ha dicho que el M-19 ha dejado heridas que no han sanado. ¿El gobierno está interesado en cicatrizarlas?

R.- La reconciliación es algo muy importante pero lograrla no es solo tarea del gobierno. La reconciliación se logra cuando está comprometida la sociedad en su conjunto. Hay tareas que son propias del gobierno. Por ejemplo: una negociación, un desarme de grupos armados ilegales, brindar condiciones para la desmovilización y reincorporación a la vida civil; pero la reconciliación tiene que ver con un ámbito mucho más amplio, es decir, compromete a la sociedad y la cultura en su conjunto. Yo creo que en Colombia hay instancias muy importantes que están pensando la reconciliación. La misma Iglesia, pero allí tiene que participar la sociedad civil, los partidos políticos. Por supuesto, los miembros de grupos armados ilegales que retornen a la civilidad.

Yo considero bienvenida una política de reconciliación, pero eso excede, en gran parte, las funciones del gobierno y por supuesto que si logramos poner en marcha esas políticas de reconciliación que logren sanar las heridas de la nación, eso sería lo apropiado y tarde o temprano tendremos que llegar allá.

P.- Es claro que en las declaraciones del Presidente, el tema del narcotráfico y del M-19 estaban relacionados. ¿El gobierno, realmente, tiene las pruebas para decir eso?

R.- Yo me remito a la respuesta del Secretario Jurídico de Presidencia que mediante un derecho de petición fue requerido para que se pronunciara sobre este tema. Creo que allí hay una respuesta muy puntual sobre un asunto muy concreto. El señor Secretario ha presentado a quien le solicitó ese derecho de petición con lo que el gobierno tiene que decir al respecto.

P.- (inaudible)

R.- Hay entraríamos en el campo de un debate jurídico y no tiene sentido para el Ejecutivo entrar en eso. Creo que la Nación en su conjunto sabe lo que ha dicho el Secretario Jurídico, hay unos indicios, sobre eso nunca hubo un fallo judicial, hubo un tribunal de instrucción, pero nunca un fallo judicial y si ustedes quieren miremos las dificultades que se generan cuando el indicio no termina en un fallo judicial que absuelva o que condene.

Sin embargo ese asunto para nosotros es un asunto puntual, respondido técnicamente y como corresponde por el señor Secretario Jurídico, ante un requerimiento de un parlamentario, pero creemos que no es fundamental. Aquí somos especialistas en irnos por las ramas y generar unas tormentas donde no existen. Hay que entender las afirmaciones en su contexto. A mi me preocupa que hay veces no se entiendan las afirmaciones en su contexto. Un noticiero del fin de semana, Patricia, dio una noticia sábado y domingo, de manera reiterada, tomando unas afirmaciones del Presidente en el sentido de que no habría indulto y mostrando el caso del indulto de un miembro de las autodefensas como algo que controvertía esa afirmación del Presidente. Cualquier periodista que hubiese leído las declaraciones en su contexto, se habría dado cuenta que el Presidente se estaba refiriendo a que no había indulto en el caso de delitos atroces.

Pero qué pasa allí? Los periodistas sacan de contexto, con todo respeto, la afirmación y, de pronto, se pone en evidencia una contradicción que no existe y que nunca existió. El gobierno siempre ha dicho que el concierto para delinquir para formar grupos paramilitares, o el porte ilegal de armas conexo con este delito, puede ser indultado, pero jamás el delito atroz.

Creo que en este caso, por conveniencia para la nación, hay que poner las declaraciones del Presidente en su contexto. Por eso yo les leí la pregunta. La pregunta que le hacen al Presidente es sobre el indulto para los paramilitares. Miremos la afirmación en su contexto. Eso es lo que tiene que ver con la política del gobierno y lo que nos interesa. Si se dijo algún asunto puntual que genera algún malestar y fue el asunto que motivó un derecho de petición, pues se le dio la respuesta puntual que, jurídicamente, merece. Pero lo que a nosotros nos interesa es esta discusión de contexto y hay si invitamos a los antiguos miembros del M-19 y a todos los que han participado en esta polémica que asumamos contractivamente este debate y que, precisamente, de lo que se trata es de ambientar la necesidad de una ley de justicia y reparación que le de un marco jurídico a los procesos de negociación que no tenían.

Cuando nosotros presentamos el año pasado la ley de alternatividad, muchas personas, incluidos miembros del Polo Democrático, nos dijeron que era inoportuno, que el gobierno tenía los instrumentos jurídicos a la mano, cuando no es así. Colombia no tiene los instrumentos jurídicos para adelantar procesos de paz que involucren a personas que han cometido delitos atroces. Y esa es la realidad más contundente que tenemos en este momento. Si yo me siento, en este momento, con el ELN toda la dirigencia del ELN está procesada o condenada por delitos atroces. Si me siento hoy a hablar con las Farc, toda la dirigencia de las Farc está procesada o condenada por delitos atroces. Y si me siento a hablar con las autodefensas, también su dirigencia está procesada o condenada por delitos atroces.

Este es un tema de la mayor importancia que hay que ambientar como corresponde y hay que entender cuál es el ánimo del gobierno. Pero ni más faltaba que, en este momento, nosotros quisiéramos echar para atrás un paso como fue el proceso de paz con el M-19, que ha enriquecido la democracia colombiana.

P.- ¿A usted le parece que es descontextualizar periodísticamente el hecho de que el gobierno hable de una conexidad entre narcotráfico, M-19 y la toma del Palacio de Justicia, reabriendo heridas de hace 19 años?

R.- El gobierno no está reabriendo heridas. Lo que pasa es que hay heridas que están allí y no se ven. Entonces, no hagamos lo del avestruz, ni le conviene a la nación, ni a los miembros del M-19. Creo que quien se lanza a la actividad política tiene que estar abierto al escrutinio público, pero aquí, en ocasiones, hay saña para escrutinar la vida pública de unos, pero hay escándalos cuando se escrutina la vida pública de otros. Todos los que estamos en la vida pública estamos expuestos a que, incluso, nuestras conversaciones confidenciales se conozcan, hay ves, a través de los medios de comunicación, y si uno, de pronto, pega un gritico o cosas de esas, eso también se sepa.

A mi se me hace que esa es la responsabilidad de los que estamos en la vida pública y que bueno que así sea, es decir, es propio de la democracia que nuestras vidas sean registradas hasta lo más mínimo. Entonces no nos escandalicemos ante los procedimientos de la democracia y preguntarse sobre la vida pública de las personas que actúan en política. El gobierno pone el tema porque creemos que es un buen ejemplo, entre otras cosas, que no está claro. Para las autodefensas no ha estado claro. Yo en la mesa varias veces me he enfrentado a ese debate. Porque ellos dicen: si les indultaron delitos a los del M-19 por qué no a nosotros? Entonces hay que explicarles que el mundo cambió.

Para el ELN tampoco está claro. Para las Farc y para la opinión está tan confuso este debate que hoy tenemos importantes sectores de la opinión que en una confusión enorme le piden al gobierno lo imposible. Que libere a unos guerrilleros que están en las cárceles por delitos atroces a través de un procedimiento que no es, exactamente, un procedimiento de reparación como es el canje o el intercambio. Entonces, poner este tema sobre el tapete, a mi si se me hace importante.

Cuando yo digo que las cosas las debemos miran en su contexto, es porque cualquiera que conozca de análisis lingüístico sabe que las palabras tiene sentido de acuerdo al momento en que fueron pronunciadas. Si uno saca una palabra del contexto pues puede resultar perversa.

Creo que las afirmaciones del Presidente hay que entenderla como es. Hay un contexto, entendamos el contexto. Frente a una afirmación puntual, se hizo un requerimiento puntual al cual se ha respondido, el gobierno cree que de manera satisfactoria. Son cosas que, finalmente, que también conoce la opinión. Entonces, asumamos el debate con ánimo contractivo, pero aquí no tenemos porque estarnos imaginando que cada debate o polémica que se genera tiene una intención torva detrás, no. En Colombia deberíamos amar más el debate civil, asustarnos menos con las políticas propias de la democracia. El Presidente tiene un estilo propio para decir verdades, generar polémicas. Este gobierno lo hace porque ama la polémica y porque ama el pluralismo. Entonces creo que debemos asumir constructivamente este debate y entender, en su contexto, lo que ha dicho el Presidente.

P.- Ayer uno de los senadores que se reunió con el Presidente para hablar de este tema, decía, al final del encuentro con el Presidente, que ahora el M-19 se podía volver un retractor del proceso de paz que se estaba llevando con las autodefensas, después de que ellos habían recibido toda la generosidad. ¿se podría entender este como un mensaje del gobierno al M-19 de que ahora no pueden estar tan en contra del proceso de paz con las autodefensas?

R.- No, jamás he recibido instrucciones del presidente para decir algo así, ni lo he conversado con el, ni le encuentro mucho sentido. Obviamente respeto los pronunciamientos del senador, no se quién fue. En general yo respeto mucho los pronunciamientos de los congresistas, ellos representan, más directamente, al pueblo y la opinión. Yo lo que creo es otra cosa: que con el Polo Democrático debemos avanzar más en el consenso en torno a la política de paz y esto no es nuevo. Yo he tenido dos reuniones con representantes del Polo Democrático y así se los he dicho.

El año pasado y a comienzos de este año, cuando presentamos la ley de alternatividad penal, yo me reuní con el senador Antonio Navarro. Después lo llamé varias veces y le dije: senador que bueno que usted participe en la concertación sobre la ley. Él, finalmente, se alejó, sus razones tendría y no participó en la concertación final sobre la ley de alternatividad penal. Pero yo sigo anhelando que podamos tener una mayor concertación con el Polo, y a los antiguos miembros del M-19 les reconozco, enormemente y desde muchos años atrás, su compromiso con la paz. Entonces yo los veo más como unos aliados y más allá de os debates que se suscitan y generan molestias, y de las heridas que todavía permanecen abiertas, lo que ustedes deben entender es que en seno de la democracia debemos aprender ha encontrar metas comunes; y en este tema de la paz es importante encontrar una meta común. Es imposible que un gobierno solo pueda sacar adelante una empresa tan importante como es la pacificación del país.

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