PALABRAS DE LA MINISTRA DE
COMUNICACIONES, MARTHA PINTO DE DE HART, EN ANDICOM 2004 Cartagena, 20 oct. (SNE).- El siguiente
es el texto del discurso pronunciado este miércoles por la ministra de Comunicaciones,
Martha Elena Pinto de De Hart, durante la instalación de
Andicom 2004.
“Para mi es muy grato encontrarme en ésta, la reunión
más importante del sector de las telecomunicaciones en Colombia
y la Región Andina.
Andicom se ha consolidado como el escenario anual de encuentro
de las autoridades, operadores, proveedores y usuarios de la industria
de las telecomunicaciones.
Como bien lo indica el título del Congreso que nos convoca
en el día de hoy, el sector ha entrado en una nueva fase
de recuperación y crecimiento. Hemos cambiado un optimismo
irracional por el desarrollo de planes de negocios orientados a
la creación de valor y rentabilidad.
Al margen de la forma como se han licenciado
los servicios, la introducción y el fomento de la competencia, en lugar de
la sustitución de un monopolio público por uno privado,
ha tenido muy buenos resultados. Frente a la industria de las telecomunicaciones,
hay que afirmar que el nuestro es un sector competitivo.
Los indicadores del sector dan cuenta de
que somos el país
con mayor crecimiento móvil en la región; el minuto
de larga distancia internacional desde 1998 a la fecha se ha reducido
en un 72% y en un 31% para la larga distancia nacional.
En materia de infraestructura Colombia
cuenta con el acceso a tres cables submarinos y está en la “huella” de
24 satélites. Actualmente, hay tres operadores del servicio
de larga distancia nacional e internacional, tres operadores de
telefonía móvil, uno de trunking nacional, cerca
de 30 operadores de telefonía fija, alrededor de 500 operadores
de valor agregado y tenemos tres redes de fibra óptica de
cobertura nacional.
Todo esto da cuenta de un ambiente de sana
competencia, apoyada en la atracción de la inversión y el fomento de la
diversidad de operadores que han encontrado en Colombia un país
propicio para el establecimiento de sus redes y el desarrollo de
los servicios que actualmente se prestan.
Como lo hemos afirmado desde el inicio
del Gobierno, la visión
que hemos propuesto como derrotero de nuestra política es
que la industria de las telecomunicaciones, además de ser
estratégica y transversal para la economía nacional,
es de gran interés en el marco de los acuerdos comerciales.
Nuestra industria tiene una externalidad
positiva en los sectores que requieren de una infraestructura
de telecomunicaciones para
su adecuado funcionamiento. En este sentido, consideramos que una
oferta amplia y competitiva en este sector es un requisito necesario
para la atracción de la inversión en el país.
Para nadie es un secreto que el acervo
de infraestructura y la oferta disponible de servicios de comunicaciones
es uno de los
elementos fundamentales para definir la ubicación de los
centros de negocios de las multinacionales y su expansión
o permanencia en Colombia.
De allí que el Gobierno Nacional está convencido
de las bondades del acuerdo comercial con los Estados Unidos y,
sin lugar a dudas, el TLC será una herramienta para aumentar
el bienestar de la población a través de mejores
empleos y un crecimiento económico basado en el aumento
de la productividad y las mayores ventas al exterior.
Para realizar ésta visión, es necesario que el país
garantice estabilidad en las reglas de juego, las cuales serán
insumo fundamental para diseñar nuevas oportunidades de
negocios y brindar confianza a los inversionistas que desean ingresar
al mercado colombiano.
El Departamento Nacional de Planeación ha sido reiterativo
al afirmar que el efecto neto de las negociaciones comerciales
será el aumento tanto de las exportaciones como las importaciones,
el incremento de los ingresos, mayores recaudos fiscales y una
reducción del déficit fiscal.
Por las razones mencionadas, no debemos
tenerle miedo al Tratado de Libre Comercio, y a su capítulo de telecomunicaciones,
cuando, adicionalmente, muchas de las disposiciones han sido desarrolladas
por la regulación nacional desde hace más de cinco
años.
El capítulo que estamos negociando, comprende unas disciplinas
regulatorias que brindan seguridad y establecen unas reglas de
juego claras en materia de acceso a mercados, transparencia, neutralidad,
y obligaciones de los operadores de telecomunicaciones, elementos éstos
que incidirán de manera positiva en el desarrollo del sector.
No debemos desaprovechar la oportunidad
de atraer la inversión
extranjera e incentivar la inversión local en la industria.
Para un operador global, Colombia es un destino atractivo, porque
crecimientos como los que el país está presentando
en comunicaciones no se dan ya en países desarrollados donde
las comunicaciones llegaron aun crecimiento vegetativo.
En el año 2002 eran 10 de cada 100 colombianos que contaban
con un teléfono móvil, hoy en día, gracias
a la entrada en escena de un tercer operador, son 17 los que tienen
este servicio, lo que representa un crecimiento del 69% en estos
dos años de gobierno.
El servicio de Internet pasó de 1 millón 600 mil
usuarios en junio de 2002 a 3 millones 100 mil internautas en diciembre
de 2003 con un crecimiento del 93% durante los 2 años de
Gobierno.
Así mismo durante el año 2003, el número
de computadores en el país creció aproximadamente
en un 45% alcanzando una cifra estimada de 3 millones de equipos.
El TLC no es ni será el remedio a los problemas más
importantes del sector. Pero nos obliga a hacernos serios cuestionamientos
sobre el modelo de desarrollo que quisiéramos adoptar hacia
el futuro.
Quienes critican el marco jurídico e institucional de las
telecomunicaciones por estar basado en servicios cuando las redes
son convergentes tienen razón. Pero hay que reconocer que
el esfuerzo que se ha hecho en reformas regulatorias es significativo
y que tenemos una de las comisiones de regulación más
serias de la región, con un marco de reglas que son modelo
para otros países.
De ahí que no nos sea extraño el contenido del capítulo,
pues la desagregación de elementos de red, de la que tanto
se habla, la portabilidad y la reventa, entre otras, ya están
previstas en Colombia.
Creemos que nuestro sector está enfrentado a grandes retos
que merecen toda nuestra atención: hay que analizar cuál
será el futuro de las redes fijas en un mundo que tiende
hacia lo móvil; cuál es el modelo de tarifas que
los usuarios quisieran tener; cómo podemos desarrollar una
mayor oferta de servicios de banda ancha y cómo generar
una mayor apertura.
Igualmente, debemos analizar si queremos
seguir un modelo de apertura total o buscar un sano balance de
los argumentos de corto plazo
frente a las consideraciones de largo plazo. Esto significa lograr
un equilibrio entre el fomento de la competencia, el desarrollo
de infraestructura y la consecución de los recursos necesarios
para adelantar la política en materia de telecomunicaciones
sociales.
En este propósito, no escatimaremos
esfuerzos.
Nuestra prioridad más inmediata será seguir fundando
las bases para un desarrollo sostenido de la industria. El interés
del Gobierno Nacional en el marco del TLC será el de crear
las condiciones necesarias para hacer del nuestro un sector conformado
por empresas sanas y dinámicas; un sector más rentable
y competitivo, en donde la inversión de capital privado
y público encuentre estabilidad en las reglas de juego y
transparencia en la toma de las decisiones
MUCHAS GRACIAS |