MENSAJE
DEL PAPA, JUAN PABLO II, POR LA DESTRUCCIÓN DE LAS MINAS
ANTIPERSONA
Bogotá, 24 oct. (SNE).- El siguiente es
el mensaje enviado por su Santidad, Juan Pablo II, a Colombia por
la destrucción
de minas antipersona, en cumplimiento de los acuerdos de la Convención
de Ottawa.
“Vaticano, 22 de octubre de 2004
Secretaría de Estado
Señor Cardenal
En nombre del Santo Padre le escribo para
que transmita a las autoridades colombianas el aprecio de la
Santa Sede por la jornada
de sensibilización de la opinión pública contra
el uso de las minas antipersonales, promovida por la Vicepresidencia
de la República de Colombia, que se celebrará el
día 24 de los corrientes, en la Plaza Simón Bolívar,
de esta capital.
Su Santidad Juan Pablo II, ha seguido con
gran interés
el proceso político internacional que ha producido importantes
resultados en vista a la eliminación total de estas armas
terribles, que matan, mutilan, o hieren de manera indiscriminada
a poblaciones e impiden el desarrollo de las zonas deterioradas
por los conflictos.
Prueba de tal interés es la activa participación
de la Santa Sede en la redacción, puesta en marcha y aplicación
de la Convención sobre la prohibición de minas antipersonales
y la ratificación de ese instrumento jurídico el
4 de diciembre de 1977.
La jornada de sensibilización promovida por la Vicepresidencia
de la República tiene lugar, además, en un momento
especialmente oportuno ya que del 29 de noviembre al 3 de diciembre,
se llevará a cabo en Nairobi la primera conferencia de examen
de dicha Convención, con el objetivo de reforzar y dar un
nuevo impulso al proceso de lucha contra las minas antipersonales.
La Santa Sede desea aprovechar esta oportunidad
para llamar la atención sobre los principios humanitarios llamados a salvaguardar
la vida y la dignidad de la persona humana, sobre la importancia
de la asistencia para el cuidado y rehabilitación de las
víctimas y su posterior integración social y económica.
Así como el fomento de proyectos de desarrollo económico
y social, que restituyan las tierras desminadas a su destino natural
o productivo, y muy especialmente, de medidas eficaces que prohíban
para siempre la producción, consumo y uso de estos instrumentos
de muerte, que golpean indiscriminadamente a las personas.
Estas acciones, como el Papa ha señalado, representan una
victoria de la cultura de la vida sobre la cultura de la muerte
y cuando se lleven eficazmente a cabo las personas no tendrán
que temer las asechanzas de destrucción y muerte que suponen
las minas antipersonales.
Sin embargo, el Sumo Pontífice sabe cuan largo es el camino
para librar definitivamente a la humanidad de estos terribles ingenios
y es consciente de que no se deben escatimar esfuerzos para llegar
al sueño posible de un mundo libre de las minas antipersonales.
Por eso, el Santo Padre desea hacerle llegar
por su intermedio a las autoridades colombianas, su estímulo a la iniciativa
augurando que sirva de ejemplo para otros países que viven
situaciones parecidas.
Asociándome a los deseos y auspicios de su Santidad, aprovecho
la oportunidad para renovarle, señor Cardenal, los sentimientos
de mi atenta consideración y sincera estima en Cristo.
Fdo. Juan Pablo II”
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