A
pesar de la amenaza terrorista, Fuerzas Armadas cumplieron”:
Santos
EN PONEDERA SE
DESTRUYÓ LA ÚLTIMA
MINA ANTIPERSONA ALMACENADA POR EL ESTADO
Ponedera (Atlántico), 24 oct (SNE). Primero se vio ondear
una bandera verde. Todos supieron entonces que faltaba un minuto
para que llegara el gran momento. El vicepresidente Francisco Santos
tomó posición en el “punto de fuego” y
agarró el detonador. Cumplida la cuenta regresiva 4-3-2-1-0,
lo activó y la descarga eléctrica produjo de inmediato,
a 300 metros, en el foso número uno, la explosión
de las primeras 900 minas antipersona. Con intervalos de un minuto,
se sucedieron luego las siete explosiones restantes. Un total de
6.814 de estos artefactos se hicieron añicos.
Fue así como este domingo 24 de octubre
de 2004, en un paraje solitario de Ponedera (Atlántico), las Fuerzas
Armadas de Colombia cumplieron con lo que habían prometido
a la Convención de Ottawa: que destruirían, antes
de marzo de 2005, hasta la última de las minas que tenía
almacenadas en sus bodegas.
La destrucción se llevó a cabo hacia las 11 de la
mañana en la base de Indumil en Ponedera, bajo un abrasante
calor de 36 grados centígrados, en un paraje ubicado a 40
kilómetros y 20 minutos por carretera de Barranquilla, cerca
al Río Magdalena y el Mar Caribe, y lejos de viviendas campesinas,
caseríos, vías de comunicación y centros de
servicios públicos.
La destrucción de las minas fue realizada, bajo estrictas
medidas de seguridad y riguroso control, por un equipo especial
de ocho técnicos de las Fuerzas Militares. Todo el proceso
estuvo liderado por el Vicepresidente de la República, Francisco
Santos, desde un sitio denominado “punto de fuego”,
una especie de trinchera localizada a 300 metros de los ocho fosos
que contenían las minas y sus detonadores, así como
los explosivos pentolita y anfo que se usaron para destruir el
material.
Las explosiones fueron
seguidas de cerca por un grupo de delegados de organismos de
control como la Procuraduría, la Contraloría
y la Defensoría del Pueblo, así como por una misión
internacional de verificadores que llegó a Colombia exclusivamente
para asistir a este acto y garantizar, tal como lo dispone la Convención
de Ottawa, que la destrucción se hizo efectivamente. La
presencia de estos verificadores era requisito necesario para que
la destrucción del material tuviera validez internacional.
Entre los verificadores se contaban los delegados de Francia y
Canadá, países que contribuyeron con recursos para
financiar la destrucción de las minas.
Luego de la etapa de conteo
y bajo estrictas medidas de seguridad, los técnicos antiexplosivos trasladaron los artefactos hacia
el sitio de la explosión. Allí los dispusieron en
canastas, combinándolos con los explosivos pentolita y anfo,
y los colocaron en siete de los ocho fosos que estaban dispuestos.
Por medida de seguridad, se determinó que en el octavo foso
irían los detonadores de las minas antipersona que se iban
a destruir. Esta etapa se cumplió mientras ondeaba en la
distancia una bandera roja, señal de la precaución
que se debía tener en esta tarea.
Al aproximarse el momento
definitivo, el Vicepresidente declaró que
se trataba de un momento histórico porque, a pesar de la
amenaza terrorista que se cierne sobre Colombia, las Fuerzas Armadas
de Colombia le estaban cumpliendo al mundo y destruyendo el arsenal
que tenía en sus bodegas en distintos puntos del país.
Entre los artefactos destruidos, de denominaciones M14, MAP1 y
409 Sopro, cuyo traslado a Ponedera tardó un mes, se contaban
minas de origen colombiano, estadounidense y belga.
El acto de Ponedera fue
seguido por los colombianos a través
de la Señal Colombia Institucional y se enmarcó en
una jornada de sensibilización que se inició desde
tempranas horas del día en la Plaza de Bolívar de
Bogotá y que contó, entre otras personalidades, con
la presencia del presidente Álvaro Uribe Vélez, la
Primera Dama, Lina Moreno de Uribe, el cardenal Pedro Rubiano Saénz
y la Reina Noor de Jordania, quien lidera a nivel mundial el trabajo
contra las minas antipersona.
A la Plaza de Bolívar asistieron mil estudiantes de la
Capital de la República, quienes en menos de una hora, mientras
en Ponedera avanzaban los preparativos, tejieron una inmensa bandera
de Colombia, de 20 mil metros lineales, que tapizó el piso
de la plaza y se convirtió en un símbolo de la vida
y de la voluntad de las Fuerzas Militares por cumplir la Convención
de Ottawa, suscrita por Colombia en 1997.
Uno de los momentos más sentidos de la ceremonia en la
Plaza de Bolívar fue el desfile de víctimas, tanto
militares como civiles, de las minas antipersona. El acto incluyó también
un minuto de silencio en homenaje a los colombianos muertos por
causa de estos artefactos, una canción interpretada por
Juanes y las lecturas de mensajes del Papa Juan Pablo II y del
Secretario General de la ONU, Kofi Annan.
También intervino el presidente Álvaro Uribe Vélez,
quien dijo a la Reina Noor de Jordania: “Usted que quiere
a Colombia, sea nuestra embajadora, dígale al mundo que
a esta hora, mientras en Ponedera (Atlántico), el Vicepresidente,
con los Altos Mandos y gobernadores y alcaldes, detonan y destruyen
las últimas minas antipersonales, aquí en Bogotá desfilan
las víctimas de esas minas: 1.934 colombianos afectados
en los últimos 14 años. En el último año
554 colombianos y casi todos de la Fuerza Pública”.
Cabe recordar que al suscribir
la Convención de Ottawa,
Colombia se comprometió a no fabricar, no distribuir, no
almacenar y no sembrar minas antipersona. En 1999 las Fuerzas Militares
destruyeron equipos y máquinas que servían para elaborar
este tipo de artefactos. Después de la destrucción
de las minas en Ponedera, el siguiente paso se iniciará en
febrero de 2005, con la destrucción de 23 campos minados
que tienen las Fuerzas Armadas en el país, los cuales protegen
infraestructura económica y militar y están localizados
en zonas que no presentan riesgo para los habitantes.
Hasta la fecha se han
destruido 11.717 minas antipersona almacenadas. Este proceso
se ha llevado a cabo
en siete actos de destrucción,
realizados a partir del 26 de junio de 2003.
CIFRAS
Las siguientes son algunas
de las cifras aportadas por la Vicepresidencia de la República en relación
con el problema de las minas antipersona en Colombia:
- El 100 por ciento de
las víctimas figuran bajo
la línea de pobreza.
- El 80 por ciento de
los eventos se presenta en el área
rural.
- En promedio se presentan
2 víctimas
diarias en Colombia.
- El 89 por ciento de las
víctimas son jóvenes
y adultos en edad productiva.
- Colombia es el cuarto
país
mas minado del mundo.
- Cada mina puesta permanece
hasta 50 años más.
- Uno
de cada dos municipios están
afectados por sospecha o presencia de campos minados.
- 31 de los
32 departamentos de Colombia están
afectados por las minas antipersona.
- Este año se han registrado 544
víctimas.
- El 40 por ciento de las
víctimas son civiles y
la mitad son niños y niñas.
- Una mina no distingue
entre la pisada de un niño
y un combatiente.
- Las minas afectan de manera indiscriminada
a los colombianos.
- Las minas no distinguen entre
civiles y combatientes.
- Desde 1990 hasta la fecha
se han registrado 3.139 víctimas
por minas antipersona.
- Antioquia, Caquetá, Norte de Santander,
Bolívar,
Meta y Cundinamarca son los departamentos que presentan mayor número
de víctimas por minas antipersona.
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