Presidente sostuvo reuniones con autoridades civiles y militares
SAN JACINTO TUVO SU PROPIO CONSEJO COMUNAL
San Jacinto, Bolívar, 22 feb (CNE).— Sin duda, fue un consejo comunal atípico y no sólo por el escenario: el platón de una camioneta Toyota, blanca, de los años 80.
Desde ese lugar, sin sombra y a 30 grados centígrados, el Presidente de la República, micrófono en mano, saludó a los pobladores de San Jacinto y les dijo que él no había llegado hasta allí a hacer promesas. Minutos antes, había recorrido las calles de la población y dialogado con los artesanos de las muchas casetas de venta informal del lugar.
Las campesinos que se reunieron en la esquina sur de la Plaza Central del pueblo sostuvieron con el Jefe del Estado un diálogo franco y abierto en el que éste atento escuchó las necesidades más apremiantes de la región y, una a una, iba dando alternativas de solución.
El primero en saludar al presidente Uribe fue don José. Un cabo primero del Ejército Nacional, retirado en el año 55, al que el día anterior le destrozaron su casa con una granada y de paso hirieron de muerte a su mujer. Según este hombre, el que sus hijos estén prestando servicio militar en el puesto de la Armada fue lo que motivó el ataque contra su hogar.
El Presidente lo escuchó, impartió instrucciones para que el Ministerio de Salud asumiera los costos médicos del tratamiento de su esposa y atendiendo la petición del poblador, lo ayudó para que le sea otorgado un subsidio de vivienda.
A renglón seguido, el Presidente explicó la intención de su visita: sostuvo dos reuniones, una con las autoridades militares de la región y otra con alcaldes de los municipios cercanos y con el presidente del consejo municipal.
“Vamos a seguir en la tarea de recuperar el orden público para que ustedes puedan vivir en paz sin guerrilla ni paramilitares. El orden público es una necesidad para recuperar la economía”, dijo.
El Jefe del Estado soltó una pregunta al aire que fue respondida afirmativamente por casi todos los presentes: “¿cuántos de ustedes hacen hamacas para vender?”
Ante esta masiva respuesta, Uribe señaló: “San Jacinto tenía una próspera industria del tabaco, tenía una gran ganadería y una dinámica artesanía, como lo evidencian ustedes mismos. La violencia ha querido matar todo eso, pero con la ayuda de Dios vamos a lograr que la situación mejore”. Sus palabras originaron un gran aplauso.
Los miembros del equipo que tradicionalmente acompaña al Presidente todos los sábados creían estar presenciando el primer consejo comunitario municipal.
Pensaron que a diferencia de los tradicionales, en donde el Jefe del Estado dialoga en las capitales de departamento con las autoridades locales y fuerzas vivas de las capitales de departamentos sobre la problemática de la región, hoy este diálogo fue frente a frente con la gente más pobre y necesitada de este municipio.
Entre los asistentes, una bella muchacha le gritaba una palabra al Presidente: “Luz, Luz”, decía, insistentemente la adolescente.
Uribe, que no comprendía, la invitó a subir al escenario y le preguntó por el significado de esa palabra. “Presidente, este municipio necesita electricidad y su presencia nos puede ayudar para que ese anhelo se dé”, dijo la muchacha que resultó ser la reina popular.
Otro poblador le planteó el tema del acueducto. Uribe planteó alternativas para financiar el acueducto de la región y conectarlo al acueducto del municipio de San Juan.
Entre los otros muchos temas que el Presidente discutió con la población de San Jacinto estuvo el tema del desplazamiento, el de los subsidios de Familias en Acción –el cual dijo está garantizado durante su mandato--, y el de las ventajas del referendo.
Finalmente, el Presidente pidió a la población apoyar a los soldados, policías e infantes de marina y rechazar las acciones de los guerrilleros y miembros de grupos de autodefensa.
El ‘consejo comunal municipal’ de San Jacinto terminó en medio de miles de aplausos y vivas de la población.
