Bogotá, 5 may (SP). “Muchas gracias a todos. Gracias al señor Alcalde (de Bogotá, Samuel Moreno), al señor Gobernador (de Cundinamarca, Andrés González), a mis compañeros de Gobierno, encabezados por los Ministros de Hacienda (Óscar Iván Zuluaga), Obras Públicas (Andrés Uriel Gallego), la Dirección Nacional de Planeación. A todos los que han intervenido en este tema, que es de tanta importancia para el país.
Un compromiso: mantener por cuenta de la Nación un aporte anual, respaldado en vigencias futuras, de no menos de 250 mil millones de pesos de hoy, aporte anual, para solamente Transmilenio, Metro y Tren de Cercanías, dentro de un Sistema Integrado de Transporte.
Doscientos 50 mil millones de hoy por cada año. Me preguntarán: ¿por cuántos años? Por los años que se necesiten. Indefinidamente. Eso tiene que quedar claro en este compromiso con Bogotá.
Me preguntarán: Presidente, ¿se puede creer en este compromiso? Obras son amores y no buenas razones.
En diciembre de 2002, en extremas dificultades fiscales y financieras, cuando apenas este Gobierno llevaba cuatro meses, le entregó a Bogotá vigencias presupuestales futuras por 980 millones de dólares, que se han venido honrando y que han permitido que Bogotá, en este Gobierno, haya pasado de 32 – 34 kilómetros de Transmilenio, a 84 kilómetros de Transmilenio que hoy tiene la ciudad. A lo cual se le suman 20 kilómetros de Transmilenio que están en plena construcción en la Carrera Décima y en la Calle 26.
No quiero mezclar esto con los otros esfuerzos. Simplemente referirme a este esfuerzo en procura de que la ciudad tenga un transporte masivo cómodo para sus ciudadanos, socialmente justo, respetuoso con el medio ambiente.
Entonces un compromiso, un antecedente de credibilidad y un motivo de preocupación.
En diciembre de 2010 deberá concluirse la ejecución de las obras de Transmilenio en la Calle 26 y en la Carrera Décima. Es muy cerca. Esos meses pasan en decir Amén.
¿Qué necesitamos? Necesitamos garantizar que Bogotá y La Sabana mantengan permanente avance en la construcción de los proyectos de transporte masivo.
Sería una tristeza que se terminaran estas obras del Transmilenio de La 26 y de la Décima, y hubiera una interrupción en el tiempo, un lapso durante el cual no se construyeran obras de los transportes masivos de Bogotá y de la región.
Por eso, para poder garantizar que haya permanentemente una ejecución veloz de obra pública del Sistema de Transporte Masivo, se requiere garantizar que para diciembre de 2010, cuando se concluyan las obras de La 26 y de la Carrera Décima, estén empezando otras obras.
Y ese es un reto muy difícil. De ahí que tenemos que tener todos un gran desprendimiento para priorizar lo que vaya adelante, lo que puede tener ejecución prioritaria, lo que puede ser un ‘traslapo’, como llaman los ingenieros, un empalme de ejecución con las obras de La 26 y las obras de la Décima.
Hay dos escenarios: si nos demoramos, una vez se concluyan La 26 y la Décima, va a haber un intervalo preocupante. La ciudadanía va a decir: ¿Y las nuevas obras adónde están? El otro escenario: si nos movemos, la ciudadanía podrá estar tranquila porque al ver concluidas las obras de La 26 y de la Décima, la ciudadanía va a percibir que estas obras se suceden con la ejecución de otras obras.
¿Cuáles? Y me preguntarán: Presidente, ¿entonces qué hacer primero: que las nuevas rutas de Transmilenio, que el Metro, que el Tren de Cercanías? Yo les diría respetuosamente: la Nación va a hacer el esfuerzo indefinidamente, mínimo de 250 mil millones de hoy, año tras año.
Y lo que debe hacerse para que haya esa ejecución continua de obra es dar prioridad a la que primero se puede ejecutar. Que a uno le gusta más la una que la otra, creo que no va a ser el tema del gusto sino de la que primera se pueda ejecutar, para que haya una ejecución sin interrupción en este tipo de obras.
Compromiso: 250 mil millones por año de la Nación, aporte mínimo, indefinidamente en el tiempo, para Transmilenio, Metro y Tren de Cercanías.
Credibilidad: diciembre de 2002, en medio de una profunda crisis fiscal y financiera, este Gobierno entregó alrededor de 980 millones de dólares en vigencias presupuestales a Bogotá, vigencias que se han venido cumpliendo.
Resultado: se ha facilitado pasar de 34 kilómetros de Transmilenio a 84 kilómetros, y están ene ejecución otros 20 kilómetros, la Calle 26 y la carrera Décima.
Preocupación: acelerar conclusión de estudios, apertura de programas de contratación, para que en diciembre de 2010, cuando estén concluidas las obras de La 26 y de la Décima, estén empezando otras obras de estos Sistemas de Transporte Masivo.
¿Qué se debe preferir? El Gobierno Nacional piensa que se debe preferir aquello que pueda tener una más rápida ejecución, en la idea de hacerlo todo, porque estas obras no son excluyentes sino complementarias.
A todos, muchísimas gracias, y que ojalá esto tenga el mejor desarrollo”. |