Igualmente, nunca podré olvidar que Colombia fue en 1983 el destino de mi primer viaje al exterior como Príncipe de Asturias. Visité entonces la hermosa Cartagena de Indias, repleta de arte e historia común, para asistir a los actos del 450 Aniversario de su fundación invitado por el ex presidente y buen amigo, don Belisario Betancur.
Mas tarde, he tenido de nuevo el privilegio de pisar tierras colombianas por distintos motivos y en distintas ocasiones. Algunas, incluso trágicas, como cuando la ciudad de Armenia fue duramente golpeada por un terremoto y el Presidente Andrés Pastrana me llamó para realizar una visita de apoyo a tanta gente que se vio afectada en la ciudad y en todo el Eje Cafetero.
Todas las ocasiones en las que he estado en este país han sido especiales. Me han permitido conocer poco a poco la apasionante realidad de Colombia, disfrutar de sus preciosas ciudades, de sus variados paisajes y, sobre todo, de la auténtica y sencilla amistad que nos regalan los colombianos. Todo un tesoro que, en estos días, me alegra poder compartir con la Princesa que, como saben, tampoco es la primera visita que ella realiza a Colombia.
Para nosotros, esta visita oficial reviste una singular importancia por el alto honor de poder atender, de vuestra mano, un interesante programa que expresa el común propósito de Colombia y España de reforzar y ampliar lo que nos une.
Somos dos grandes naciones que se aprecian y respetan, que no han querido vivir de espaldas la una de la otra porque sencillamente no se puede vivir con el alma demediada ya que entre las naciones Iberoamericanas nos necesitamos mutuamente para comprendernos mejor a nosotros mismos.
Desde esas premisas, señor Presidente, puede entender cuanto nos alegran e importan los avances que Colombia va cosechando:
En el plano interno, España —junto a la comunidad internacional— es consciente de los enormes esfuerzos realizados por vuestro país en los últimos años. Esfuerzos por extender el control real y efectivo del Estado sobre todo el territorio nacional; por fortalecer sus instituciones democráticas; por consolidar el Estado de Derecho y la seguridad jurídica, y dar respuesta a los retos sociales que esta tierra andina tiene planteados.
Estos objetivos están respaldados por la larga tradición democrática y electoral de Colombia que, ya en 1853, adoptó el sufragio masculino y reconoció —por primera vez en el mundo— en la Provincia de Vélez, el derecho al voto de la mujer.
Son también muy notorios e internacionalmente reconocidos los logros de Colombia en la erradicación de la violencia que ha hecho sufrir tanto a este país. La lucha contra el terrorismo, contra el narcotráfico y en favor de los más sólidos valores democráticos, siempre contará con el apoyo firme y decidido de España. Así ha sido con los esfuerzos e iniciativas de los diferentes gobiernos de Colombia a lo largo de estos años en esa dirección.
Frente al terrorismo, siempre injustificable y condenable, contamos con la fortaleza y superioridad moral de la democracia y del Estado de Derecho que asegura un espacio amplio de libertad, justicia, paz y desarrollo a los ciudadanos.
Como recordaba el Presidente, este viernes asistiremos en Medellín al V Congreso Internacional para honrar y respaldar a las víctimas del terrorismo. Nuestro afecto está y estará siempre con ellas, como ejemplo y referente en nuestra determinación de acabar con esa lacra y esa amenaza en todas sus manifestaciones, modalidades, procedencias o coartadas.
En materia económica, señor Presidente, son de alabar los resultados alcanzados por Colombia en los últimos años: muestra un crecimiento sostenido, una sensible mejora de todos los indicadores sociales y un auge de la inversión extranjera. Todo ello refuerza los análisis y las acertadas políticas puestas en marcha por sus gobiernos.
De ahí que Colombia y toda la región, se encuentra —económica y financieramente— mejor preparadas que en el pasado para hacer frente a la seria crisis que vivimos a escala internacional y de la que ninguna nación puede escapar.
Frente a ella, y en el ámbito de la Comunidad Iberoamericana que felizmente compartimos, la próxima Cumbre de Estoril se centrará precisamente en la ‘innovación y las nuevas tecnologías’, herramientas imprescindibles para avanzar hacia una economía del conocimiento que asegure el futuro y bienestar de nuestras naciones.
Trabajamos, además, conjuntamente por una amplia asociación entre la Comunidad Andina y la Unión Europea. Los avances en las tres rondas negociadoras –celebradas entre la Unión, y Colombia, Ecuador y Perú-, permite albergar la esperanza de que el nuevo acuerdo, en sus capítulos de diálogo político, cooperación y asociación económica, pueda ser firmado en España en 2010 durante nuestra Presidencia de la Unión Europea y en el marco de la IV Cumbre entre América Latina y la Unión Europea.
También en el plano internacional, valoramos muy positivamente la próxima participación de Colombia en Isaf (sigla en inglés de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad) para contribuir a la pacificación y reconstrucción de Afganistán, así como a la derrota del terrorismo y del narcotráfico en aquella zona convulsa del planeta, lo que supone otra de las grandes pruebas a las que la comunidad Internacional se somete en la nueva era global.
Señor Presidente, no hay retórica vacía cuando se afirma que las relaciones hispanocolombianas son excelentes. Basta con observar la trayectoria de los últimos años para constatar que la amistad está presente en cada momento, que es muy sólido nuestro entendimiento y que juntos hemos hecho —y queremos hacer— muchas cosas.
España agradece vuestro papel impulsor en el desarrollo de nuestras relaciones bilaterales que, cada vez más, implican al conjunto de nuestras autoridades y sociedades respectivas. Y así os lo ha manifestado S.M. el Rey (Juan Carlos) en diversas acciones y yo también lo quiero hacer esta noche.
La firma, en enero de 2008, del Acuerdo de Asociación Estratégica entre Colombia y España es la mejor prueba del salto cualitativo dado por nuestras relaciones bilaterales, tanto en materia de diálogo político, como de relaciones económicas y comerciales, y de cooperación al desarrollo.
En lo económico, nuestras empresas han apostado desde hace años por el desarrollo de Colombia. Su presencia aquí, junto al ímpetu exportador de las empresas colombianas al mercado español, ayudan a reforzar unas relaciones que deseamos intensificar mañana con el II Foro de Inversiones que inauguraremos y la firma de un nuevo protocolo financiero entre España y Colombia.
En materia de cooperación, estamos comprometidos con Colombia. Y lo estamos mediante proyectos dirigidos al refuerzo de la gobernanza democrática y la promoción de los derechos humanos, la cultura de paz, la igualdad entre hombres y mujeres, el desarrollo económico sostenible, el medio ambiente y el patrimonio como generador de desarrollo.
No puedo dejar de señalar lo importante que son asimismo nuestras relaciones culturales, que contarán próximamente con el estímulo del Centro Cultural de España en esta capital tan conocida por el fomento de las Artes y de las Humanidades.
Unas relaciones antiguas y fructíferas que cuentan, con el aliciente del esmerado cultivo del español en Colombia. Una lengua enriquecida por las aportaciones magistrales de Miguel Antonio Caro y Rufino José Cuervo sin olvidar a sus grandes figuras universales como García Márquez o (Álvaro) Mutis. Otro gran literato colombiano, Marco Fidel Suárez, subrayó que donde con más vigor arraigó la enseñanza gramatical de Bello fue en Colombia, al afirmas que ‘Si Bello nació en Venezuela, y enseñó en Chile, lo aprendieron en Colombia’.
Finalmente, está la vertiente humana de nuestras relaciones, con tantos españoles que llegaron a este país en el último siglo y tantos colombianos que en los últimos años han marchado a España, contribuyendo con su trabajo también a nuestro progreso. En ese marco, la reciente firma del convenio reconociendo el derecho de voto en las elecciones municipales a los nacionales colombianos en España o a los españoles en Colombia, demuestra una común voluntad de conceder plenas garantías y derechos a nuestros respectivos ciudadanos.
Como podemos comprobar, son muchas las realidades concretas que reflejan un profundo avance en nuestras relaciones. España y Colombia están más cerca y más juntas, pero pueden y quieren estarlo aún más. Este es el espíritu y compromiso que nos anima en esta visita, y con ese mismo espíritu quiero levantar mi copa para brindar por vuestra ventura personal y por la de vuestra esposa, así como por un futuro de crecientes amistad entre Colombia y España.
Salud”. |