Rafael Núñez Moledo
1880-1882
1884-1886
1887-1888
Nació
en Cartagena de Indias, el 28 de septiembre
de 1825 -Murió el 18 de septiembre de 1894.
Estadista
y escritor costeño, cuatro veces presidente
de la República, llamado "El
Regenerador' y considerado como uno de los
caudillos civilistas de mayor importancia
en la segunda mitad del siglo XIX en Colombia.
Rafael Wenceslao Núñez Moledo fue el ideólogo del movimiento de la Regeneración,
cuyas ideas y acciones se plasmaron en la
Constitución Política de 1886, que estuvo,
con algunas reformas, vigente hasta 1991.
Nacido en el hogar del coronel Francisco
Núñez García y doña Dolores Moledo García,
en el año 1840 ingresó a la Universidad de
Cartagena, donde inició los estudios de Derecho.
Después de su participación en las filas
liberales en la guerra de los Supremos, en
1840-1841, regresó a sus estudios y se graduó
de abogado en 1845. En los años de mayor
agitación político-social en la década del
cuarenta del siglo XIX, Núñez se manifestó
como un extremista radical. En el país habían
penetrado el romanricismo político y el socialismo
utópico, que influyeron en los intelectuales
revolucionarios y en los artesanos de las
ciudades más importantes.
Los principios del socialismo utópico se
difundieron en el mundo a través de las
obras de Saint Simon, Fourier y de Luis
Blanc. Con la influencia del romanticismo
social, se crearon en la Nueva Granada
las sociedades democráticas, organizadas
en diversas ciudades del país por obreros
y por una juventud romántica y social.
En Cartagena de Indias, Núñez perteneció
a la Sociedad Democrática, y fundó el periódico
La Democracia.
En el año 1849, cuando apenas tenía 24 años,
fue nombrado rector del Colegio Nacional
de Cartagena de Indias, y poco después, gobernador
de la provincia de Bolívar.
Así
inició su brillante carrera política en Cartagena,
su ciudad natal. Rafael Núñez se casó en
Panamá con doña Dolores Gallego, hermana
de la esposa del vicepresidente de la Nueva
Granada, José de Obaldía, el caudillo político
más importante de la región. Obaldía ayudó
políticamente a Núñez en Panamá, donde fue
elegido por el distrito de Chiriquí al Congreso
de la República. Desde entonces, Núñez apareció
en la vida parlamentaria nacional. Por diversos
problemas, el matrimonio de Núñez con Dolores
Gallego entró en crisis; ya había conocido
antes, en la casa del general Juan José Nieto,
a quien sería el amor de su vida y su compañera
hasta sus últimos días: doña Soledad Román.
Las
primeras intervenciones de Núñez en el Congreso
Nacional fueron en contra del proyecto sobre
los derechos individuales sin límites, la
separación de la Iglesia y el Estado, el
nombramiento de los gobernadores por voto
popular y las libertades totales. Núñez atacó
el proyecto de libertades absolutas y del
federalismo, por considerar que su aprobación
llevaría al país a la anarquía y la dictadura.
Sus actuaciones y oratoria tuvieron un gran
impacto en el Congreso, lo cual llevó a su
elección como vicepresidente de la Cámara
de Representantes.
Poco
después, el presidente José María Obando
lo nombró secretario de Gobierno. El presidente
Manuel María Mallarino nombró a Núñez su
secretario de Guerra y luego de Hacienda.
En esos años, era partidario del libre comercio
y se dedicó a organizar modernamente el Estado;
creó una estadística científica, que fue
muy importante para el conocimiento real
de los problemas del Estado. Después de la
guerra civil de 1860-1861, el presidente
Tomás Cipriano de Mosquera lo nombró director
de Crédito Público. Le correspondió la desamortización
de bienes de manos muertas y demás reformas
del presidente Mosquera contra la Iglesia
católica. Por ello recibió los ataques frecuentes
del clero granadino, en lo que entonces comenzó
a llamarse Estados Unidos de Colombia.
Es
muy significativo el hecho de que Núñez firmara
las leyes de desamortización de bienes de
manos muertas, y dos décadas después firmara
el Concordato entre la Iglesia y el Estado.
En la década del sesenta, después de la Convención
de Rionegro, Rafael Núñez salió del país
en misión diplomática. Le correspondió representar
a Colombia en Nueva York, Le Havre, Liverpool
y otros lugares de Europa. Colaboró en diversas
revistas y periódicos, tanto en el exterior
como en Colombia; escribió para el periódico
EI Nacional de Lima.
Sus
artículos fueron recogidos en un libro que
llamó ensayos de crítica social, impreso
en Rouen, en 1874. En las décadas del sesenta
y setenta, apareció en Núñez el pensador
y fecundo escritor. Colaboró en los periódicos
La Nación, El Mensajero, La Luz, El Impulso,
El Neogranadino, El Porvenir, El Tiempo,
La Opinión y Diario Oficial; también en El
Continental de Nueva York, entre otros. Sus
escritos aparecían a veces con el seudónimo
Wencelly David de Olmedo. Núñez seleccionó
sus artículos y los publicó en forma de libros;
entre ellos destacamos, La reforma política
en Colombia (publicado en ocho volúmenes),
Ensayos de crítica social y Diccionario político,
además de sus Poesías.
En Europa, Rafael Núñez recibió las influencias
del positivismo spenceriano, reflejadas
en sus numerosos ensayos. El positivismo
surgió cuando la revolución industrial
transformaba la faz del mundo; cuando se
repudió la metafísica y la teología para
la comprensión humana, y se defendió la
ciencia y el racionalismo, fundados en
la experimentación y en lo "positivo".
El positivismo penetró en Hispanoamérica
cuando las generaciones nuevas buscaban impacientemente
las reformas políticas y educativas. Ningún
país sediento de orden y progreso escapó
al influjo positivista, cuando el tono de
vida en Hispanoamérica eran la anarquía,
las guerras civiles, el caudillismo y el
regionalismo.
Bajo
su influencia, se movió la política colombiana
de la Regeneración, la política argentina
de Domingo Faustino Sarmiento y de su generación,
los mexicanos que hicieron la Reforma y el
Porfiriato, y en Venezuela, el poder y la
acción del caudillo Antonio Guzmán Blanco.
Según las tesis del positivismo spenceriano, "darwinismo social" o evolucionismo social, las sociedades, como los organismos biológicos, tienen
una evolución. Spencer sostuvo que los fenómenos
sociales dependían en parte de la naturaleza
de los individuos, y en parte, de las fuerzas
a las que éstos estaban sujetos.
Después
de su viaje a Europa, Núñez aplicó sus ideas
y experiencias a su reflexión sobre la situación
de crisis de Colombia. Pensó que el país
necesitaba salir del federalismo, pues éste
no era el sistema más apropiado para la unidad
y la paz de los colombianos. Consideró que
en un país esencialmente católico, luchar
contra la Iglesia sería como ir contra la
corriente, pues a pesar de los esfuerzos,
ésta lo haría naufragar. Según sus reflexiones,
la mayor parte de las guerras civiles en
Colombia estaban motivadas por problemas
religiosos; por ello, consideró necesario
el Concordato entre la Iglesia y el Estado.
En
sus escritos en la prensa y en sus intervenciones
en el Congreso, Núñez empezó a hablar sobre
regeneración o catástrofe, pulcritud administrativa,
orden, progreso, centralismo y descentralización
administrativa, y otras ideas para solucionar
los problemas de Colombia. Después de su
viaje a Europa, Rafael Núñez se convirtió
en filósofo y pensador y en "El Regenerador".
En
la guerra civil de 1876-1878, se produjo
la división entre los liberales radicales
y los liberales independientes. Núñez, liberal
independiente, canalizó el movimiento de
la Regeneración, que cambió la situación
política colombiana a fines del siglo XIX.
En sus intervenciones ante el Congreso Nacional,
Núñez recibió la constante oposición del
radicalismo, que combatía sus aspiraciones
presidenciales.
El
1 de abril de 1878, en el discurso de posesión
del presidente Julián Trujillo, Núñez esbozó
en una frase muy significativa la problemática
del país y las bases de un gran movimiento
que culminaría con la organización política
de la nación: «Hemos llegado -decía- a un
punto en que estamos confrontando este preciso
dilema: regeneración administrativa fundamental
o catástrofe». Los principios básicos de
este gran movimiento los expuso Núñez en
el Senado, el 30 de mayo de 1878, cuando
expresó que la Regeneración «es la política
del orden y la libertad, fundada en la justicia.
Es la política de la justicia fundada en
la práctica religiosa y leal de las instituciones>.
Alrededor
de Núñez se consolidó un grupo político de
liberales independientes, que en varias oportunidades
se unió a los conservadores para llegar al
poder. El positivismo spenceriano de Núñez
se unió al tradicionalismo de don Miguel
Antonio Caro. De esta unión política e ideológica
surgió el movimiento de la Regeneración.
Rafael Núñez fue nombrado secretario de Hacienda
en la administración del presidente Julián
Trujillo, entre los años 1878 y 1880; en
esta administración se desplazó en forma
definitiva a los radicales del poder. El
8 de abril de 1880, Núñez tomó a su cargo
la Presidencia de los Estados Unidos de Colombia
hasta el 1 de abril de 1882.
En
su primer período de gobierno, inició la
construcción del ferrocarril de La Dorada;
así mismo, la primera etapa del ferrocarril
de Girardot e impulsó el ferrocarril de Buenaventura;
fomentó las ferrerías de Samacá y La Pradera,
en los Estados de Boyacá y Cundinamarca;
introdujo en el país el servicio del cable
submarino, que puso a Colombia en comunicación
con todo el mundo; estimuló la navegación
por el río Magdalena y por los ríos Lebrija
y Sinú. Le sucedió el presidente Francisco
Javier Zaldúa.
En
el año 1884, Rafael Núñez ganó las elecciones
contra la oposición radical; fue su segundo
gobierno. Le correspondió afrontar la guerra
civil de 1885, promovida por el liberalismo
radical para derrocarlo a él y a la Regeneración.
Los radicales estaban comandados por los
generales Gabriel Vargas Santos, Ricardo
Gaitán Obeso y Daniel Hernández; y los conservadores,
por los generales Marceliano Vélez, Leonardo
Canal, Manuel Briceño, Rafael Reyes y otros,
aprobados por los liberales independientes.
Los combates más importantes fueron los del
Río Sonso, Santa Bárbara de Cartago, Cartagena,
La Humareda y El Salado.
La
guerra se generalizó en los estados de Boyacá,
Santander, Antioquia, Cauca, la Costa Atlántica,
Panamá, Tolima, Cundinamarca y otras regiones.
En la batalla de La Humareda, el 17 de junio
de 1885, el ejército radical fue completamente
derrotado, con un elevadísimo número de muertos,
sobre todo de una generación joven, anhelante
del triunfo radical. Triunfante pues el gobierno
de Núñez, se dio paso a la aprobación y sanción
de la Constitución Política de 1886, que
estructuró en forma definitiva la República
de Colombia en torno a una centralización
política y una descentralización administrativa.
El 11 de noviembre de 1885, después de la
guerra, se instaló en Bogotá el Consejo Nacional
de Delegatarios, convocado por el supremo
gobierno para deliberar los términos en que
debía procederse a la nueva Constitución.
En su mensaje, el presidente Núñez señaló
que «las repúblicas deben ser autoritarias,
so pena de incidir en permanente desorden
y aniquilarse en vez de progresar». Entre
los proyectos de Constitución presentados,
el Consejo Nacional de Delegatarios escogió
el que redactó Miguel Antonio Caro, del
partido conservador. La nueva Constitución
Política, meta de la Regeneración, fue
sancionada el 5 de agosto de 1886. Ella
dispuso que con el fin de afianzar la unidad
nacional, Colombia se reconstituiría en
República unitaria. Sus rasgos más sobresalientes
los resumió Núñez en la siguiente forma:
«Unidad nacional, libertad religiosa, derechos
para todos, estabilidad y autoridad».
El
tercer período de gobierno de Rafael Núñez
ocurrió entre los años 1886 a 1888. En el
año 1887, el gobierno aprobó el Concordato
con la Santa Sede. Su último período presidencial
acaeció entre los años 1892 y 1894. En estos
períodos, Nuñez dejó actuar a los vicepresidentes
en el gobierno. El se retiró a su hacienda
de El Cabrero, en Cartagena, en compañía
de su amada Soledad Román. Allí murió, el
18 de septiembre de 1894. Su pensamiento
y acción en el movimiento de la Regeneración,
llevaron a una relativa estabilidad de Colombia
en la primera mitad del siglo XX. |