Carlos Eugenio Restrepo
1910-1914
En
la sesión del 15 de julio de 1910 la Asamblea
Nacional eligió como presidente de la República
a Carlos E.
Restrepo, un abogado antioqueño, conservador moderado, opositor de Rafael Reyes
y destacado dirigente de la Unión Republicana.
Este movimiento político había sido creado
el 13 de marzo de 1909, al calor de la lucha
contra el general Reyes, por personajes destacados
de ambos partidos entre los que sobresalían
los conservadores José Vicente Concha, Pedro
Nel Ospina y Miguel Abadía Méndez, y los
liberales Nicolás Esguerra, Benjamín Herrera
y Enrique Olaya Herrera.
Bajo
la bandera de la Unión Republicana se pregonó
efímeramente la necesidad de la modernización
de la política y la búsqueda de un ambiente
favorable para el desarrollo económico del
país. El movimiento fue coyuntural, por cuanto
la mayoría de los conservadores se olvidaron
prontamente de pretender la modernización
de la política y regresaron a sus toldas
ideológicas; incluso varios de ellos al ser
electos presidentes se encargaron de reproducir
las viejas prácticas políticas que habían
criticado como "republicanos".
El
estadista Carlos E. Restrepo, en cambio,
fue leal a la causa republicana, como presidente
y ex presidente. En su gobierno buscó la
clara separación de las ramas del poder público,
el fortalecimiento del Estado de derecho,
la autonomía del Estado frente al poder de
la Iglesia, el respeto a las libertades individuales
y a las minorías políticas, la transparencia
electoral y la libertad de prensa.
Restrepo
no cedió a las presiones de los conservadores
de colocar el gobierno al servicio de los
intereses de ese partido y del clero. Ante
las pretensiones del conservatismo católico
que practicaba --según Restrepo-- una especie
de "gamonalismo pontificio", el presidente manifestó en cierta ocasión: "Soy católico, pero como jefe civil del Estado --dándole a la religión católica
las garantías que le reconoce la Constitución
Nacional-- no puedo erigirme en pontífice
de ningún credo y sólo seré el guardián de
la libertad de las creencias, cualesquiera
que sean, de todos los colombianos".
La
más persistente lucha de Restrepo fue por
enderezar las prácticas electorales. Por
eso solicitó de los congresos de 1911, 1912
y 1913 la aprobación de una ley electoral
que asegurara la pureza del sufragio, el
castigo al fraude y la representación proporcional
de los partidos. Solamente pudo desmontar
una de las causas de la parcialidad política
al lograr la supresión del ejercicio del
del voto por parte del ejército y la policía.
Con cierta frustración, Restrepo tuvo que
reconocer que como el activismo político
clerical y los fraudes se hacían para mayor "honra y gloria de Dios", "la podredumbre es irremediable, al menos por muchos años".
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