José Vicente Concha
1914-1918
Nacido
en Bogotá el 21 de abril de 1867 y muerto
en Roma, el 8 de diciembre de 1929.
Abogado y diplomático, presidente de la República durante el período 1914-1918.
Ignacio Arizmendi Posada, en Presidentes
de Colombia 1810-1990, dice: "Nacido bajo el último gobierno del general Mosquera. Se graduó de abogado, profesión
en la que sobresalió principalmente en la
rama penal. Se distinguió en la cátedra universitaria,
el periodismo y la oratoria parlamentaria.
Actuó
como representante o senador en varias legislaturas,
habiéndose destacado en todas ellas por su
franqueza y claridad para exponer las ideas
que estimaba mejores, a la vez que brillaban
su elocuencia y poder persuasivo. Pero los
historiadores destacan las intervenciones
en el Congreso de 1898 y en los episodios
que precipitaron la caída o renuncia del
general Rafael Réyes. A propósito, el cronista
José María Cordovez Moure se regocija en
sus "reminiscencias" al recordar una de las muchas actuaciones de Concha en la Cámara de Representantes
del citado año.
Resulta
que por ese tiempo un hábil empleado público
sustrajo fraudulentamente lo que entonces
se llamaba "bonos colombianos", por valor de 130 000 pesos oro, bonos que habían sido llevados de la Oficina
de Crédito Público que dirigía Cordovez.
A1 descubrirse el ilícito, los poseedores
de dichos bonos, que los habían adquirido
sin saber su procedencia, tuvieron que entregarlos
a la policía, por lo cual quedaban directamente
afectados al perder la inversión realizada.
Congresistas
amigos de las víctimas elaboraron, un proyecto
de ley por el cual la nación debía darles
a los compradores bonos legítimos por el
valor anotado. Sólo faltaba la lectura del
correspondiente texto y el tercer debate
para convertirse en ley, cuando Cordovez
le informó a Concha el alcance real de la
potencial decisión que afectaba seriamente
a las finanzas del país. Concha, en un arranque
de verbo, y antes de que se procediera al
pupitrazo final, logró que por unanimidad
se negara "el malhadado proyecto".
Reservado,
José Vicente Concha Ferreira fue descrito
así por un contemporáneo suyo: "No era Concha un conversador suelto y desgarrado, por el estilo de Antonio José
Restrepo, o de amenidad luciente, como don
Jorge Holguín. Más bien hablaba poco, y hasta
se sumía a veces en un largo silencio como
huésped agradecido a la soledad. Pero, calado
en un tema que le interesara, o que mostrase
tangencia con sus estudios favoritos, hacía
despertar curiosa atención en los circunstantes". Reconocido por su oratoria parlamentaria Concha combatió especialmente al general
Rafael Reyes, cuyo gobierno (1904-1909) llamó "Quinquenio nefando", expresión que se hizo célebre en la literatura política. Es demostrativa de
su estilo, esta intervención suya ante el
Congreso de 1909: cuando ya Reyes había dejado
el poder y se había marchado del país en
un exilio voluntario: "Pero señor Presidente [del Congreso], el general Reyes no es el único que delinquió.
Quizá
pudiera yo decir que el general Reyes no
es el principal delincuente. Para apreciar
la conducta de cualquier hombre público,
hay que tener presente la atmósfera en que
vive, el aire que lo rodea. Y al general
Reyes, por móviles interesados, por motivos
innobles, se le rodeó de una atmósfera de
embustera adulación, de una nube de mentira
y engaño, y se le cerraron los oídos con
muchas manos, y se le cubrieron los ojos
con muchas vendas. Y cuando así, ciego, sordo,
embriagado de lisonja, fue paso a paso al
abismo y cayó en su fondo, que apenas se
puede sondear, los lazarillos que allí le
llevaron se retiran fingiéndose pasmados,
y se escandalizan y truenan en insultos contra
su ídolo de ayer. Eso, señor presidente,
esa conducta de los cortesanos y aduladores,
ese proceder de los cómplices del día anterior,
tiene un nombre en castellano que no quiero
repetir aquí".
"El
gobierno de Marroquín, del cual [Concha]
fue ministro de Guerra -dice Ignacio Arizmendi-
lo nombró embajador en Estados Unidos en
momentos en que el país se desangraba con
el conflicto de los Mil Días, y cuando la
aberración histórica de la pérdida de Panamá
se hallaba cerca. Presentó cartas credenciales
el 8 de marzo de 1902 y entraba a reemplazar
a Carlos Martínez Silva, a quien Marroquín
removió intempestivamente. ¿Por qué? Luis
Martínez Delgado reproduce, en la Historia
Extensa de Colombia, un párrafo de la carta
que el mandatario envió al propio embajador
saliente, en la que le manifiesta que había
hecho dicha designación "por la necesidad de dar una colocación honrosa y lucrativa al señor José Vicente
Concha, a quien no podía colocar en el Ministerio,
como premio de sus pasados servicios, y como
medida de facilitarle el restablecimiento
de su quebrantada salud".
No
obstante, Concha adelantó una labor patriótica
en su breve permanencia en Washington, pues
se retiró del cargo el 28 de noviembre del
año en que fue nombrado. Allí tuvo ocasión
de oponerse abiertamente a la solicitud que
Marroquín hizo al gobierno norteamericano
para que pusiera tropas en Panamá (con arreglo
al tratado Mallarino-Bidlack, de 1846), donde
las fuerzas liberales, adversarias al régimen
conservador, estaban derrotando a las oficialistas.
Como se sabe, las tropas de Estados Unidos
desembarcaron en suelo colombiano. El doctor
Concha, elegido presidente para el cuatrienio
que comenzaba en 1914, inició su mandato
bajo las buenas sombras que había heredado
del período de Restrepo.
A1
constituir gabinete llamó la atención que
nombrara ministro de Instrucción Pública
a monseñor Carlos Cortés Lee, en lo que siguió
el ejemplo que en 1894 había dado Miguel
Antonio Caro, quien puso a monseñor Rafael
María Carrasquilla para idéntico cargo. El
paso dado por Concha quizá se explicaba por
su preocupación por la enseñanza de la filosofía
católica en el pueblo, razón vital del gobernante
nacional, padre de quien llegó a ser el cardenal
Luis Concha Córdoba.
Trabajó
con representantes del liberalismo y de los
dos sectores en que estaba fraccionado el
partido conservador. Todos lo apoyaron en
su decisión de mantener al país neutral ante
la primera Guerra Mundial, que por entonces
se iniciaba en Europa. Comenzó en medio de
la crisis que tal conflicto suponía y de
una situación fiscal bastante seria, tanto
que el Congreso le concedió facultades extraordinarias.
Por ellas suprimió los gastos que no obedecían
a urgentes necesidades, o aplazó los que
no fueran del servicio ordinario y la deuda
nacional, la que observó con responsable
interés.
También
estableció gravámenes a distintas operaciones
y varios productos, tendientes a incrementar
la capacidad económica del gobierno para
enfrentar la delicada perspectiva. Además
se vio en la penosa necesidad de suprimir
cargos públicos o refundir varios en uno,
disminuir subvenciones o partidas para obras
públicas y reducir la fuerza pública. También
fueron afectados los auxilios de beneficencia
e instrucción. La guerra mundial perjudicó
el desarrollo del comercio, que tenía una
notable dependencia del exterior.
Los
créditos internacionales quedaron suspendidos
y los comerciantes colombianos debieron vérselas
para atender sus compromisos, con el fin
de asegurar buen nombre después del conflicto.
A ello se sumaban las alzas en el transporte
de mercancías y las dificultades propias
de la situación. En el esfuerzo por mantener,
hasta donde fuera posible, un satisfactorio
estado de la economía, el gobierno echó mano
de vales de tesorería como instrumento de
negocio con los acreedores de la nación.
Por
otro lado, contó con los estragos de un intenso
verano y de una devastadora plaga de langostas.
Un gesto que ilustró el sentido patriótico
de Concha fue su renuencia a contratar empréstitos
internacionales, lo que estimó como el mejor
camino para conservarla soberanía del país
en tan difíciles circunstancias mundiales.
No obstante todo, se adelantaron algunas
de las obras públicas iniciadas en anteriores
administraciones, como varios ferrocarriles,
el Capitolio Nacional, la línea telegráfica
con Caquetá y la que unía a Bogotá con Arauca.
En el campo limítrofe, se firmó el tratado
Suárez-Muñoz Vernaza, en julio de 1916, que
fijó la línea fronteriza con Ecuador.
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