José Manuel Marroquín
1900-1904
Nació
en Bogotá el 6 de agosto de 1827 -Murió el
19 de septiembre de 1908.
Escritor y estadista, presidente de la
República entre 1900 y 1904 Nacido en
el hogar formado
por José María Marroquín y Trinidad Ricaurte,
José Manuel Marroquín hizo sus primeros
estudios en la escuela de Mateo Esquiaqui
y luego
pasó al Seminario Conciliar de Bogotá,
donde siguió los cursos de literatura
y filosofía.
Sus estudios universitarios los hizo en
el Colegio de San Bartolomé, donde siguió
la
carrera de Derecho, la cual hizo en gran
parte, pero no llegó a graduarse. Se dedicó
a las labores agrícolas en sus dos haciendas,
y al colegio que fundó en Bogotá, en el
cual formó a varias generaciones colombianas.
Fue un gran educador y un fecundo escritor.
En su labor docente, Marroquín se dedicó a la elaboración de textos didácticos;
se destacan entre ellos, Lecciones de urbanidad,
adaptado a las costumbres colombianas; Tratados
de Ortología y Ortografía de la Lengua castellana,
con numerosas ediciones en Colombia y en
otros países de Hispanoamérica; Lecciones
elementales de retórica y poética; Diccionario
ortográfico y Exposición de la Liturgia.
Entre sus obras literarias, sobresalen sus
cuatro novelas: El Moro, Entre primos, Blas
Gil y Amores y leyes; y también sus Artículos
literarios, en prosa y verso. Marroquín se
destacó como escritor costumbrista, satírico
y un gran erudito. En el año 1898 fue elegido
vicepresidente de la República; acompañó
en sus actividades políticas al presidente
titular Manuel Antonio Sanclemente. Le correspondió
gobernar en dos ocasiones: la primera, del
7 de agosto al 3 de noviembre de 1898, mientras
se posesionaba Sanclemente; y la segunda,
desde el 31 de julio de 1900, cuando con
su grupo político conservador derrocó al
presidente Sanclemente en un golpe de Estado, hasta el 7 de agosto de 1904, en una de
las épocas más difíciles del país, durante
la guerra civil de los Mil Días, la más cruenta
en la historia nacional.
En
su gobierno, le correspondió afrontar las
guerrillas y los numerosos combates que se
extendieron por la Costa Atlántica y Panamá,
donde los revolucionarios recibieron la ayuda
de tropas extranjeras procedentes de Nicaragua,
Venezuela y Ecuador. Para lograr la paz y
el orden institucional, el gobierno del presidente
Marroquín entró en negociaciones con las
fuerzas revolucionarias y firmó diversos
tratados de paz: el Tratado de Neerlandia,
el 24 de octubre de 1902; el de Wisconsin,
el 21 de noviembre del mismo año, y el tratado
de paz de Chinácota, a través de los cuales
se concedió amplia amnistía y garantías para
las personas comprometidas en la revolución.
El decreto 1718 del 24 de noviembre de 1902
declaró indultados a todos los individuos
que participaron en la guerra y se dispuso
la cesación de las hostilidades. El 1 de
junio de 1903 fue levantado el estado de
sitio, con lo cual concluyó la guerra civil
más larga y sangrienta en la historia de
Colombia.
En
los 218 combates que se libraron durante
la guerra de los Mil Días, se destacó el
valor de los soldados colombianos y el fanatismo
ideológico de los partidos. La guerra acabó
de arruinar la economía nacional y puso al
país frente a numerosos y graves problemas
económicos y sociales. La inflación llegó
a su plenitud y motivó la desconfianza tanto
exterior como interior. Por otra parte, fueron
consecuencias de esta guerra fratricida la
separación de Panamá y la dictadura del general
Rafael Reyes. En el gobierno del presidente
Marroquín, se aprobó la reforma de la educación
colombiana, mediante la ley 39 del 26 de
octubre de 1903. Se organizó la educación
estableciendo un sistema escolar y universitario,
y dividiendo la enseñanza oficial en primaria,
secundaria, profesional, industrial y artística.
En su gobierno, se fundó la Academia Colombiana
de Historia, en el año 1902, por el ministro
José Joaquín Casas. |